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Actualizado: 18/03/2024
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Cementerio de San Eufrasio de Jaén

Cementerio de San Eufrasio de Jaén

Cementerio de San Eufrasio de Jaén

Vía: Diario de Jaén

La inclusión del cementerio de San Eufrasio, para su restauración y conservación, en el Plan Director del Ayuntamiento de Jaén, invita a reflexionar sobre su historia. Construido en 1929, por acuerdo del Ayuntamiento y del Obispado, marcó un hito para la salubridad de la ciudad.

Durante siglos, los enterramientos se hicieron en el interior y atrios de las iglesias, en los alrededores de las ermitas, a veces, en los castillos abandonados. Esto hacía que las iglesias propagaran enfermedades y epidemias en la ciudad. Carlos III publicó una Real Cédula, en 1787, que impulsaba la creación de cementerios para preservar la salud pública. Sin embargo, la norma tardó en hacerse efectiva ante el peso de las costumbres y los desacuerdos entre autoridades civiles y eclesiásticas. En 1808, en Jaén, se produjeron protestas de los vecinos de la plaza de San Francisco por el hedor que despedía la cripta del Sagrario, por lo que el Ayuntamiento se planteó habilitar dos espacios para enterramientos en las afueras de la ciudad, en sitios ventilados y distantes de las casas, uno en la Puerta de Martos, y, otro, en la huerta del convento de Capuchinos, junto a la Alameda, en el antiguo campo hípico.

Fue en 1812 cuando se proyectó uno de nueva planta, en el camino de las Cruces, cerca de las ermitas de Belén y de San Nicasio, conocido como el cementerio Viejo, en contraposición con los construidos posteriormente, o de San Eufrasio, llamado así en honor del patrón de Jaén, pero no se mandó construir hasta 1824, bajo el cerro de la ermita del Calvario, aunque se avanzó lentamente por la dificultad de erosionar las rocas del terreno. Cuando Jaén, a final del XIX, alcanzó los 19.000 habitantes, tuvo que ser ampliado. Su planta es cuadrangular, ordenada en torno a patios.

El elemento más valioso de su pequeña capilla, cubierta con bóveda de cañón de lunetos, es un Cristo Crucificado del siglo XVII. Para dignificar su fachada se incorporó un pórtico sostenido con columnas dóricas y una airosa espadaña. Las diferencias de clase están presentes en los mausoleos para las familias ricas en los que predomina un historicismo curiosamente menos neogótico que inspirado en Egipto, en línea con el Romanticismo, en contraste con la modestia de los nichos colocados en vertical.

Cementerios como el de San Eufrasio reflejan los avances de la Modernidad en el fomento de la higiene pública y los cambios en la cultura sobre la vida y la muerte. Merece su conservación como Bien de Interés Cultural de la ciudad de Jaén. / Autor: Gabriel Ureña Portero

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