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Actualizado: 19/03/2024
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Ritos funerarios: cómo enterramos a nuestros muertos según sea nuestra cultura

Ritos funerarios: cómo enterramos a nuestros muertos según sea nuestra cultura

Vía: Tara MacIsaac / La Gran Época

Los ritos funerarios, al igual que la muerte, son una fuente de fascinación teñida de misterio y temor. Estrechamente relacionados con nuestra forma de ver la vida póstuma y la forma en que nos relacionamos unos con otros, estos ritos tocan algo fundamental de la naturaleza humana. He aquí un vistazo de cómo enterramos a nuestros seres queridos, cómo lo hicieron otras sociedades, y el porqué.

‘La primera flor del pueblo’
Las flores eran dejadas en las tumbas de los neandertales entre 35.000 y 65.000 años atrás. El antropólogo Ralph Solecki de la Universidad de Columbia descubrió fósiles en la década de 1950 y quedó sorprendido al encontrar ternura entre los neandertales, pero no sólo dejaron flores en las tumbas, sino también serias lesiones y enfermedades que se habían atendido y curado. El sitio, ubicado en el norte de Irak, se hizo conocido como la cueva Shanidar. Solecki se inspiró para escribir un libro titulado «Shanidar: la primera flor del pueblo”.

Ataúdes colgantes
El grupo étnico Bo de China fueron las primeras personas de las que sabemos colgaban sus ataúdes, siendo los ataúdes colgantes más antiguos que se remontan a unos 2.500 años, en la zona de las Tres Gargantas. Estos ataúdes también pueden encontrarse insertados en los acantilados de Filipinas, Indonesia y otras regiones.

El sitio web China.org cita a Li Jing, quien escribió durante la dinastía Yuan (1279-1368) en sus “breves crónicas de Yunnan”: “Los ataúdes en lo alto se consideran auspiciosos. Cuanto más altos están, más propicio es para los muertos”. Algunos dicen que la práctica puede ser la intención de resucitar a los muertos más cerca del cielo, manteniendo los cuerpos lejos de los animales depredadores en tierra. Otros dicen que se guardaban las tierras preciosas para la agricultura, ya que escaseaban.

La práctica ha continuado en tiempos modernos en algunas áreas. Por ejemplo, en Eco Valley, Sagada, Filipinas, los ataúdes fueron colgados un siglo atrás. A veces los ataúdes se caen. El trabajo de restauración ha ayudado a preservarlos.

Entierro en el mar
A lo largo de la historia, muchos viajeros de todo el mundo han sido enterrados en el mar. El sitio web de la Marina de EE.UU. dice, “En épocas anteriores, el cuerpo era cosido en un sudario, generalmente de lona”. Royal W. Connell y William P. Mack, escriben en su libro, “Ceremonias navales, costumbres y tradiciones”, que el sudario era cosido por un fabricante de velas o por un compañero del fallecido. “El fabricante de velas, al coser la cubierta de lona, toma la última puntada a través de la nariz de la persona fallecida”.

El cuerpo es pesado, por tanto se hundirá hasta el fondo. Luego el fallecido es puesto en reposo en el nicho de “Davy Jones”, que es un argot para el fondo del mar.

Cueva de entierros en Hawái
En Hawái se han encontrado sepulturas en cuevas, en todas las islas. En algunas, los fallecidos fueron atados en posición fetal. Se creía que los huesos de los muertos tienen un gran maná, o poder divino. Se hizo común el asalto a sepulturas para robar los tesoros enterrados con los cuerpos, dejando pocos sitios intactos para los investigadores.

¿Por qué se entierra a los muertos?
En la antigua Grecia, se pensaba que los muertos sin enterrar sufren mucho. En la Odisea de Homero, el fantasma Elpenor no puede tener paz en el reino de los muertos hasta que su cuerpo es enterrado. En la tragedia griega “Antígona”, escrita por Sófocles alrededor de 441 a. C., el rey de Tebas ordena que el cuerpo de un presunto traidor debe permanecer sin sepultura. De este modo, el alma del traidor quedaría en sufrimiento, vagando por la tierra.

Los cristianos en la Edad Media no cremaban a sus muertos, porque se pensaba que en el Día del Juicio, los muertos se elevarían al cielo con sus cuerpos.

En muchas culturas se cree que las almas se pierden o sufren si no son guiadas al cielo, o si sus cuerpos son perturbados. Thomas W. Laqueur, profesor de historia en la Universidad de California, Berkeley, hace unos meses dio una conferencia sobre ese tema en el Instituto Radcliffe de Estudios Avanzados.

Él citó a Hugo Grotus, padre del derecho moderno, quien escribió a principios del siglo XVII: “El derecho a la sepultura es común a todas las naciones civilizadas, y es el reflejo de nuestra naturaleza compasiva, religión y humanidad”. Grotus declaró que negar una sepultura era causa justa para la guerra.

Para Laqueur, la razón por la que enterramos a nuestros muertos es para consolar a los vivos. Viene en parte, por “la necesidad de hacer que algo viva, de algo que sabemos que está muerto”.

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