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Actualizado: 30/04/2024
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Cada vez más familias rechazan por la crisis velar a sus difuntos

Cada vez más familias rechazan por la crisis velar a sus difuntos

Vía: Sandra Couso / El Correo Gallego

La crisis económica que afectó a todo el país y que, según el Instituto Nacional de Estadística, concluyó en el año 2014, influyó en el desarrollo económico de todos los sectores. Entre sus efectos, cabe destacar el cambio en el campo funerario, donde se incrementó notablemente el número de familias que dejaron de velar, por motivos económicos, a sus seres queridos fallecidos.

A cambio, los restos mortales son depositados en la nevera del tanatorio durante el tiempo que marca le legislación que se debe esperar para celebrar el entierro -la ley establece que un cadáver no puede ser incinerado hasta pasadas 24 horas de su fallecimiento-.

Este servicio empezó a funcionar en el tanatorio municipal de Santiago de Compostela, en el cementerio de Boisaca, en el año 2010. Durante este primer ejercicio, 18 familias rechazaron hacer velatorio antes de enterrar o incinerar a sus seres queridos. Aunque entre los motivos de tomar esta decisión se pueden encontrar razones culturales o circunstancias personales, fuentes cercanas al tanatorio sostienen que en la mayoría de los casos el motivo es económico.

Desde el año 2010 la cifra no ha variado y siempre ha rondado los quince casos anuales. Sin embargo, llama la atención que el ejercicio de 2015, uno de los años en los que más fallecimientos se registraron, es uno de los que menos demanda tuvo de este servicio. Concretamente, la nevera se utilizó en solo doce ocasiones. Por otra parte, cabe destacar que el año 2014 fue el de mayor actividad. La nevera se utilizó en 24 ocasiones, la cifra más alta desde que se tiene registros.

A falta de poco más de un mes para que concluya el presente año, los datos sobre el uso de nevera ponen de manifiesto un nuevo incremento en la ausencia de velatorios. Durante los nueve primeros meses del año se utilizó este servicio en 18 ocasiones. Los puntos más altos se registraron en enero y mayo, con 4 y 5 usos.

Santiago. Ante el creciente número de personas que desean la incineración, la parroquia de San Fernando decidió inaugurar, en mayo de este mismo año, un columbario para depositar las cenizas de los fieles que lo soliciten.

El contrato de cesión del uso de los columbarios se realizará por un período inicial de 75 años, renovables por nuevos períodos. En caso de no renovación, las cenizas son depositadas en un Ara Comunitaria, por lo cual quedarán siempre preservadas en el ámbito de la Iglesia.

En la primera fase se realizaron 252 unidades en total, tanto individuales como familiares. Estas podrán ser ampliadas en un futuro en el caso de que sea necesario.

Desde su puesta en marcha, hace solo seis meses, el columbario ya ha sido utilizado por ocho personas, tal y como informan desde la parroquia compostelana. Desde San Fernando recuerdan que está abierto «para cualquier persona que se quiera depositar, no necesariamente de la parroquia».

Además, destacan «el valor añadido que supone el disponer de un columbario en pleno centro de Santiago, en el ámbito de la parroquia, donde se ha vivido la fe y donde se siguen encomendando a nuestros difuntos».

Los precios estipulados para esta primera fase oscilan entre los 250 euros que cuesta depositar las cenizas de un ser querido en el Ara Comunitaria, hasta los 3.000 € que son necesarios para contar con una unidad familiar en la que tienen cabida cuatro urnas.

En el caso de que se quiera un espacio individual, el precio que se debe abonar es de 2.000 euros. A mayores existe un mantenimiento anual de 15 euros a partir del segundo año de contratación. Correo Gallego

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