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Actualizado: 19/04/2024
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El Ayuntamiento abonará 33.000 euros por arrojar los restos mortales a la fosa común del cementerio de Torrero

El Ayuntamiento abonará 33.000 euros por arrojar los restos mortales a la fosa común del cementerio de Torrero

El Juzgado de lo Contencioso-administrativo número 4 de Zaragoza, ha condenado al Ayuntamiento de Zaragoza a indemnizar con 33.000 euros a un mujer por el daño moral que le produjo saber que habían deposito los restos mortales de sus padres y abuelos en la fosa común del cementerio de Torrero. La sentencia indica que en este caso rigen los principios de «prioridad y exclusión».

El Ayuntamiento dice que pensaba que la familia había dejado de pagar las tasas, cuando resulta que estaban al corriente de pago de todas ellas.

Inicialmente se había reclamado una indemnización de 73.000 euros para quien denunciaba (hija de uno de los matrimonios y nieta del otro) y también para sus tres hijos, la juez ha considerado que únicamente le correspondía ser indemnizada a la primera. Legalmente, solo se reconoce el derecho a ser indemnizado al pariente más cercano.

La magistrada, Concepción Gimeno, ha argumentado en su sentencia que «procede excluir del ámbito indemnizatorio a los hijos de la recurrente, hija y nieta de los fallecidos, a la que sí se indemniza por ser la persona más directa y afectada en su daño moral, frente a los nietos y bisnietos de los mismos».

En 2015 ya se produjo otro caso similar en el cementerio de Torrero. Entonces, el Ayuntamiento de Zaragoza cometió el error de perder tres cadáveres exhumados en el cementerio y desplazarlos hasta la fosa común. Por ello tuvo que indemnizar con solo 18.000 euros.

Fosa Común
La fosa común de Torrero es muy parecida a lo que podría ser una cueva de  20 metros de profundidad por 20 de ancho. Al intentar recuperar los huesos de los cuatro cadáveres que habían lanzado días atrás, vieron que resultaba imposible ya que los huesos no quedaron en la parte superior de la montaña que forman todos los huesos que ahí se arrojan, sino que algunos de ellos se desplazaron al nivel freático, donde comenzaron su descomposición y esto hacía imposible su recuperación.

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