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Actualizado: 24/04/2024
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¿Un velatorio en la plaza?

¿Un velatorio en la plaza?

Vía: D.R / eldia.es

Poner en marcha actividades funerarias no siempre fue sencillo. Basta una búsqueda rápida en internet para descubrir casos de contestación, debate y dudas vecinales, porque nadie quiere la muerte al lado de su casa. El velatorio que la Esclavitud del Cristo de La Laguna (Tenerife) planea construir no ha sido una excepción. Si bien no linda con ninguna vivienda, sí lo hace con una plaza -la del Cristo-, lo que ha generado posturas encontradas en el centro lagunero desde que se anunció la idea.

La voz más crítica ha sido la del presidente de la Asociación en Defensa de La Laguna, Julio Torres. Se expresó en contra en un foro convocado recientemente por la Asociación de Vecinos Casco Histórico, y ahora abre el debate argumentando las condiciones de la plaza como zona de esparcimiento y, además, las singularidades patrimoniales del recinto donde se quiere levantar. «El uso es incompatible», sostiene rotundo. «En un lugar de esparcimiento no se debe tener un tanatorio, ni salas mortuorias, ni nada que venga a interponerse en la diversión de la gente», opina el también investigador, antes de poner de relieve el trasiego de coches fúnebres que se produciría.

¿Cuáles serían sus características?, ¿dónde está previsto que se ubique? Yendo al decreto de sanidad mortuoria, lo que se pretende implantar es un «velatorio», es decir, un espacio destinado exclusivamente a la «vela y exposición de cadáveres», en contraposición a los tanatorios, en los que se prestan otro tipo de servicios «post mortem». Su ubicación: una huerta situada junto a la denominada Casa de Esclavos, y con frente a la plaza.

«Yo no digo que en todo ese perímetro tan grande no quepa», expresa Julio Torres en relación al cuartel anexo, y señala la parte trasera de este como posibilidad. Se trata de unas instalaciones acerca de las que aprovecha para pedir a la Esclavitud que «dé del paso» y que se ponga en contacto con el Ministerio de Defensa, «encabezando la sociedad civil y religiosa», para su recuperación. «Sin duda, los demás colectivos laguneros vamos a estar a su lado», apostilla al respecto.

El otro eje principal de su discurso contra la conveniencia del edificio mortuorio pivota sobre la historia tanto del antiguo convento de San Miguel de las Victorias como de su iglesia, donde incluso estuvo enterrado el adelantado Alonso Fernández de Lugo, cuyos restos fueron exhumados en 1860, según recoge con detalle la obra «Mi Álbum: 1858-1862». Antes, en 1810, se había producido un incendio devastador. Si bien en este caso se trata de una huerta cercana, cree el investigador que, ante ese pasado, se deberían realizar estudios arqueológicos.

En paralelo esgrime el plano en el que se deslinda la zona a declarar bien de interés cultural (BIC) cuando se incoó el expediente, en 2003, y en el que se plantea esa protección también para el punto donde se quiere construir el velatorio. Por eso, y por todo, Julio Torres discrepa. Y propone otro uso: «Lo ideal es recuperar el espacio con su teja árabe; sería un lugar decoroso para exponer el museo de la Esclavitud, que cuenta con piezas importantes y que es acorde con la plaza».

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