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Actualizado: 19/04/2024
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Preparados para la tragedia

Preparados para la tragedia

Vía: Autor: Susana Arizaga / Opinion Zamora

¿Los cinco forenses de Zamora podrían afrontar una catástrofe de las dimensiones de la ocurrida en el accidente del tren Alvia Madrid-Ferrol para practicar las autopsias a los 80 cadáveres? La respuesta en «no». Aunque no están tan lejos, ya que los forenses adscritos a los juzgados de la provincia podrían «autopsiar entre 20 y 30 víctimas mortales sin solicitar apoyo de otras provincias», explica el subdirector del Instituto de Medicina Legal de León en Zamora, Antonio González Fernández.

A partir de 30 fallecidos, «tendría que activarse todo el Instituto (que agrupa a los forenses de esta provincia, Ponferrada y León); «y si el siniestro contabiliza más del centenar, tendríamos que solicitar ayuda a más de uno» de estos organismos, a los periféricos. La veintena de estos profesionales que constituyen el Instituto de Medicina Legal de León hubieran podido, por tanto, resolver «con suficiente operatividad y sin problemas» el trabajo desarrollado por sus colegas gallegos en el accidente ferroviario ocurrido el miércoles en Santiago de Compostela.

«Una decena» de los forenses de Zamora, León y Ponferrada intervendrían en la práctica de las autopsias e identificación de los cadáveres, podrían llevar a cabo «a diario, trabajando todo el día, entre 60 y 70 e incluso llegar a los 80», agrega Antonio González. «El resto de compañeros cubriría las necesidades ordinarias» de todo el distrito, especifica el responsable del Instituto en Zamora.

La identificación de los fallecidos resulta la parte más compleja y «se precisarán más forenses dependiendo de la entidad de las heridas» sufridas por los finados, por ejemplo, «si solo se han podido rescatar fragmentos del cuerpo o si han resultado calcinados; de si es posible o no obtener la huella dactilar y no es preciso recurrir a las pruebas de ADN».

Ese trabajo es también más fácil si las familias aportan datos o radiografías en las que puedan observarse lesiones óseas «porque, si tiene prótesis o clavos, el número de serie que llevan esos elementos es un dato esencial para determinar de qué persona se trata. Se extrae del cuerpo y se identifica». Igualmente ofrecerá información a tener en cuenta el centro sanitario en el que se trató en su día a ese enfermo ahora muerto en el siniestro que se investigue, por lo que es conveniente que la familia aporte esos datos.

El principal problema, pues, con el que se encontraría la capital Zamora de registrar un siniestro de las proporciones del ocurrido en Santiago se refiere a que «habría que improvisar más salas de autopsia con mesas de ciertas características y el traslado de los equipos necesarios, ya que ahora solo disponemos de dos: una en las instalaciones que tenemos en el Cementerio y otra en el Hospital Virgen de la Concha». Sin embargo, tampoco sería una dificultad insalvable, «buscaríamos» lugares apropiados.

Lo que sí considera conveniente Antonio González es la realización de un simulacro de una catástrofe de este tipo, «sería interesante para ver las dificultades que surgen en la práctica», aunque admite que «es complicado llevarlo a cabo porque implicaría a cientos de profesionales, desde psicólogos, trabajadores sociales, médicos y enfermeras a policías, bomberos, protección civil y funcionarios de justicia, entre otros».

El responsable del equipo especializado de la provincia recuerda que el mayor siniestro al que se ha tenido que enfrentar en la provincia fue a un accidente de tráfico en el que murieron ocho personas hace unos diez años. «En un día hicimos las autopsias y las identificaciones de los cadáveres».

Ayer mismo, los compañeros de Galicia les comunicaban que no era necesaria su colaboración, después de que el jueves se les previniera de que quizás tuvieran que desplazarse hasta Santiago para trabajar. Dado el número de profesionales con los que cuenta Zamora, el Instituto de la provincia podría haber ayudado con un forense.

 

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