La orden de los Hermanos Fossores de la Misericordia, la única institución religiosa del mundo dedicada al cuidado de los cementerios, atendiendo y enterrando a los muertos ha cumplido 66.
Fundada en Guadix el 11 de febrero de 1953 por Fray José María de Jesús Crucificado, la de los Fossores es una orden especialmente valorada y querida en esta localidad, donde han estado presentes de forma ininterrumpida. Llegaron a estar presentes en los cementerios de Jerez de la Frontera (Cádiz) (1959), Huelva (1962), Vitoria (1963), Pamplona (1965), Logroño (1966) y Felanitx (Islas Baleares) (1969), pero la escasez de vocaciones ha terminado por circunscribirlos a dos, Guadix y Logroño.
Fray José María de Jesús Crucificado convencido de que la Iglesia debía estar también en los entierros y tras más de medio siglo de vida unida a la muerte, la orden que llegó a repartir consuelo en ocho cementerios del país tiene ahora solo seis frailes entregados.
Entre sus labores se incluyen tareas de limpieza, arreglo de sepulturas, jardinería y custodia del camposanto, pero también asistencia en el entierro de los fallecidos y acompañamiento a sus familiares.
Los fossores afrontan cada día el duelo de la supervivencia de una orden dedicada a dar consuelo en los entierros pero que agoniza por falta de vocaciones, una orden que seguirá velando por los camposantos «mientras Dios quiera, que vida hubo y habrá después de nosotros».