El arreglo de una finca anexa al cementerio parroquial de Soñeiro, perteneciente al Concello de Sada (La Coruña), ha desatado un conflicto entre un grupo de vecinos y el enterrador. Un grupo de feligreses ha alertado de la aparición de restos de ataúdes y efectos personales en esta parcela que, dicen, habían permanecido ocultos hasta ahora por la maleza.
«Eso estaba todo salvaje y lo arreglamos hace poco un grupo de vecinos y fue cuando nos encontramos con restos de cajas y ropa», explica una residente en la parroquia.
Una de las afectadas asegura que parte de los efectos encontrados en la parcela pertenecían a su difunta tía, cuyo nicho se abrió en recientemente para dar descanso en el mismo a su madre. Culpa de lo sucedido al enterrador, al que afirma haber encargado el servicio. Una vecina incide en lo mismo y asegura que él mismo se lo reconoció.
Este diario intentó sin éxito contactar con este trabajador y con el cura. Desde la funeraria se desmarcan de lo sucedido y recalcan que es la iglesia la que encarga el servicio y dispone quien lo realiza. Los vecinos informaron al Concello y la funeraria, pero no prevén presentar denuncia.