En una nación donde la tradición y la tecnología conviven de manera única, Japón ha dado un paso sorprendente en el ámbito espiritual. La falta de sacerdotes budistas y el desinterés de las nuevas generaciones por las prácticas religiosas tradicionales han llevado al desarrollo de una innovadora solución: Pepper, el robot sacerdote. Este humanoide, vestido con túnicas budistas, ha comenzado a oficiar ceremonias funerarias, ofreciendo una alternativa más económica y accesible a los monjes humanos.
Pepper, desarrollado por la empresa SoftBank, fue presentado en 2017 durante una exposición funeraria en Tokio. Diseñado para recitar sutras, tocar tambores y realizar rituales básicos, el robot se ha convertido en la respuesta a la escasez de sacerdotes que enfrenta Japón. Por unos 50 mil yenes (aproximadamente 450 dólares), Pepper ofrece sus servicios en contraste con los 240 mil yenes (2 mil 200 dólares) que puede costar un sacerdote humano.
La iniciativa es impulsada por Nissei Eco. Michio Inamura, asesor de la empresa, explica que muchos monjes han recurrido a buscar trabajos alternos debido a la disminución de donaciones, lo que ha dejado un vacío que Pepper intenta llenar. Sin embargo, a pesar de su funcionalidad, la mayoría de los japoneses aún prefiere ceremonias humanas, valorando la carga emocional y cultural que estas conllevan.
La presencia de robots en contextos espirituales plantea preguntas profundas sobre el duelo y la esencia de los rituales. En Japón, donde el sintoísmo atribuye espíritu a los objetos, esta innovación no resulta completamente ajena. Sin embargo, el sacerdote budista Tetsugi Matsuo expresó su curiosidad sobre si Pepper puede realmente transmitir el “corazón” de la religión, un elemento central en el budismo.
El uso de Pepper en ceremonias funerarias es parte de un cambio más amplio que está ocurriendo en Japón, donde la tecnología se integra cada vez más en aspectos de la vida diaria. Mientras algunos se muestran escépticos, otros ven en Pepper una oportunidad para mantener vivas las tradiciones en un mundo cada vez más moderno. La cuestión de si un robot puede reemplazar la conexión humana en momentos tan íntimos como un funeral sigue abierta, pero Pepper ha demostrado que, al menos por ahora, puede llenar un vacío importante.