El municipio de Vilaboa enfrenta una nueva controversia política y social. El grupo municipal del Partido Popular (PP) ha presentado alegaciones contra la propuesta de incluir todos los cementerios locales en el inventario de bienes municipales, una medida vista como un ataque a la propiedad privada de nichos y panteones.
El conflicto no es nuevo. Hace cuatro años, una propuesta similar había sido retirada debido a la presión política y el fuerte rechazo vecinal. El entonces alcalde, César Poza, había intentado establecer un reglamento que convertiría todos los panteones en concesiones de 75 años, desatando el descontento general. Ahora, la historia parece repetirse.
El PP de Vilaboa argumenta que no existe justificación para que propiedades privadas sean absorbidas por el patrimonio público sin un proceso formal de expropiación. Además, subraya que los vecinos han adquirido sus panteones y nichos con anterioridad, y que el mantenimiento de estos espacios no ha sido financiado por el Concello. La inclusión de estos bienes en el inventario municipal, sostienen, socava la seguridad jurídica de los propietarios y podría tener implicaciones urbanísticas significativas.
Alberto Acuña, portavoz del PP, ha sido claro en su oposición: «Defenderemos los intereses de los vecinos frente a cualquier medida que comprometa la propiedad privada». Además, acusa al gobierno local de tener una «fijación inexplicable» con los cementerios, sugiriendo que detrás de la medida podría haber intenciones ocultas.
Esta situación ha reavivado las tensiones en Vilaboa, un lugar donde la propiedad de los espacios de sepultura es un tema sensible. El debate sobre la gestión de los cementerios no solo afecta a las políticas locales, sino que también toca fibras emocionales y culturales profundas dentro de la comunidad. Mientras tanto, los vecinos y el PP esperan que el Concello reconsidere su posición y evite un conflicto que podría escalar aún más.
