Durante meses, las plantillas del sector funerario en Sevilla y su provincia han intentado llegar a un acuerdo que reconozca su labor esencial. Sin embargo, el diálogo ha terminado en un punto muerto. El bloqueo de las negociaciones del convenio colectivo ha llevado a un conflicto abierto, y los trabajadores han decidido alzar la voz.
Detrás de cada servicio funerario hay profesionales que acompañan a las familias en los momentos más difíciles. Personas que, en silencio, ofrecen un trabajo delicado, imprescindible y pocas veces visible. Ahora, son ellos quienes piden ser escuchados. Reclaman algo tan básico como la dignidad laboral.
El colectivo exige una subida salarial que no solo mantenga el poder adquisitivo (IPC+2%), sino que también reconozca la peligrosidad inherente a su trabajo. Además, piden medidas tan razonables como la jubilación parcial voluntaria, la conciliación real de la vida familiar, una clasificación profesional justa y actualizada, y una reducción de jornada sin pérdida de salario. No son privilegios: son derechos que otros sectores ya han logrado y que ellos siguen esperando.
El principal escollo, denuncian, es la falta de voluntad negociadora por parte de la patronal, PANASEF. No hay propuestas serias sobre la mesa, y la paciencia se agota. Frente a esta situación, el sector funerario de Sevilla apuesta por una respuesta firme pero abierta: mantener los cauces de diálogo, pero iniciar movilizaciones, huelgas y paros parciales si no se logra avanzar.
La primera gran cita ya tiene fecha: el próximo día 29, a las 18:00 horas, en la sede de CGT Sevilla (calle Alfonso XII, 26). Allí, trabajadores y trabajadoras se reunirán para organizar la defensa de sus derechos y enviar un mensaje claro: sin respeto, no hay servicio posible.
«Por un convenio justo ya» y «Basta de precariedad en el sector funerario» son los lemas que resumen su lucha. Porque acompañar a los demás en la despedida también merece ser reconocido y protegido.
La dignidad no se negocia a la baja.