Bajo la sombra de cipreses y el murmullo del silencio eterno, el Cementerio Municipal Virgen de Los Llanos se prepara para el futuro. La Junta de Gobierno Local ha dado luz verde a un nuevo proyecto que, aunque discreto, es esencial: la construcción de un pabellón funerario con 80 nichos.
Una inversión de 87.794,93 euros permitirá ejecutar esta obra en apenas dos meses desde su adjudicación. Pero más allá de los números, la iniciativa responde a una necesidad humana: asegurar que, cuando llegue el momento, cada vecino tenga un lugar digno donde descansar.
El nuevo pabellón, que se levantará con elementos prefabricados de hormigón armado, seguirá la tipología habitual del recinto. Tendrá cuatro alturas, voladizo protector, acera anexa para mejorar la accesibilidad y contará con pequeños pero importantes detalles como bancos de hormigón, una fuente de agua y escaleras móviles para facilitar el acceso.
El concejal de Cementerios, Carlos Calero, explica que el objetivo es trabajar con previsión: “Queremos garantizar que haya sepulturas suficientes en todos los cementerios del municipio”. La entrada al pabellón se realizará desde el Jardín del Reposo y ocupará una superficie total de 124,23 m². Se repondrá el pavimento actual y se instalará una zanja de drenaje para mejorar las condiciones del terreno.
Es una de esas decisiones de gobierno que no acaparan titulares, pero que importan. Porque cuidar de nuestros cementerios también es cuidar de nuestras historias, de nuestros afectos y de una memoria colectiva que no se quiere enterrar jamás.
