En los pueblos pequeños, cada nuevo servicio es más que una mejora: es un símbolo de arraigo, de calidad de vida y de futuro. En Bobadilla del Campo lo saben bien, y por eso hoy celebran una noticia que muchos esperaban desde hace tiempo: el municipio contará con su propio velatorio.
Gracias a un acuerdo entre el Ayuntamiento y la funeraria Hermanos Álvarez, de Fresno el Viejo, se rehabilitará la antigua nave de los lavaderos, situada a las afueras del pueblo y hasta ahora usada como almacén municipal. Un espacio sin uso que ahora servirá para algo esencial: poder despedirse de los seres queridos sin tener que salir del municipio.
La funeraria será la encargada de acondicionar el espacio y gestionarlo durante 15 años (10 más una posible prórroga de 5), con un alquiler anual simbólico de 1.090 euros. Un ingreso total de 16.200 euros para las arcas municipales que, sin embargo, va mucho más allá de lo económico.
“Esta iniciativa permite optimizar un edificio que estaba infrautilizado y, sobre todo, ofrecer un servicio esencial, accesible y cercano”, explicó el alcalde Paco Pastor. Una muestra más del compromiso del Ayuntamiento por reforzar la cartera de servicios y atraer empresas que apuesten por quedarse.
Las obras comenzarán en las próximas semanas, y aunque no hay aún una fecha exacta de apertura, la transformación ya está en marcha.
Este velatorio será algo más que un edificio. Será un lugar para acompañar el dolor, para cerrar ciclos, para estar cerca cuando más se necesita. Y será, también, un paso más en el camino de Bobadilla hacia un futuro donde vivir (y morir) con dignidad no sea un lujo, sino parte de lo cotidiano.
