Lo que parecía un trámite más en el camino hacia la tranquilidad de una mujer octogenaria acabó convirtiéndose en una pesadilla inesperada. En Elche, una vecina de 80 años fue víctima de una estafa tras comprar un nicho por 1.500 euros… que no pertenecía a quien se lo vendió.
Todo empezó con la recomendación de su corredor de seguros, quien la puso en contacto con un hombre que ofrecía la cesión de un nicho en el cementerio antiguo de la ciudad. Se reunieron en el lugar, inspeccionaron el espacio y formalizaron un contrato firmado por ambos. Parecía legal: había papeles, escritura, y hasta una cierta confianza.
Pero cuando la mujer se presentó en el registro municipal para cambiar la titularidad, el funcionario le dio una noticia desconcertante: el vendedor no figuraba como propietario del nicho. La sorpresa se tornó en preocupación cuando, al intentar contactar de nuevo con el hombre, este dejó de responder llamadas, incluso cuando fue el propio funcionario quien trató de mediar.
La víctima no lo dudó y acudió a la Policía Nacional, que inició una investigación. Las pesquisas dieron resultado: el sospechoso fue localizado y detenido como presunto autor de un delito de estafa.
Este caso pone de relieve la importancia de realizar cualquier trámite relacionado con bienes funerarios a través de canales oficiales y contrastados. Especialmente cuando se trata de personas mayores, vulnerables ante quienes aprovechan la confianza o la necesidad.
Hoy, la mujer sigue intentando resolver la situación legal del nicho. Pero su testimonio sirve de advertencia para otros y de ejemplo de cómo la justicia puede poner freno, aunque tarde, a quienes juegan con algo tan delicado como la última morada.