El próximo martes, Barcelona se detendrá un momento. A las 13:00 horas, la iglesia de Sant Vicenç de Sarrià acogerá el funeral de una familia entera: el matrimonio Escobar-Camprubí y sus tres hijos, fallecidos el 10 de abril en un trágico accidente de helicóptero en Nueva York. Un golpe que aún resuena con fuerza entre quienes los conocían… y entre quienes no.
El velatorio se abrirá este lunes en el Tanatorio de Sant Gervasi, donde amigos, compañeros y familiares podrán rendir homenaje a Agustín, Mercè, Agus, Mercè (hija) y Víctor, de apenas 4 años. Al concluir el acto religioso, los cuerpos serán trasladados al cementerio de Sant Vicenç de Montalt en una ceremonia íntima.
Agustín Escobar, de 49 años y natural de Puertollano, había sido nombrado recientemente director de la división de movilidad ferroviaria de Siemens. Durante dos años fue CEO de la compañía en España. Su esposa, Mercè Camprubí, de 39 años, también ocupaba un cargo directivo en la misma empresa.
El viaje en helicóptero, que prometía ser una experiencia inolvidable sobre el skyline neoyorquino, terminó en tragedia al precipitarse el aparato sobre el río Hudson. Las causas están aún bajo investigación.
Una esquela publicada este domingo recoge el agradecimiento de la familia por las «innumerables muestras de cariño» recibidas. Porque en medio del dolor, las palabras y los abrazos han intentado llenar el vacío que deja esta pérdida inabarcable.
El adiós será sereno, pero profundamente conmovedor. Un acto para recordar vidas llenas de futuro que, de forma repentina, se apagaron bajo el cielo de Manhattan.
