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El arzobispo de Barranquilla denuncia “ceremonias católicas falsas” en funerarias y pide investigación al Gobierno

El arzobispo de Barranquilla denuncia “ceremonias católicas falsas” en funerarias y pide investigación al Gobierno

Una ceremonia de despedida debería ser un acto de respeto y fidelidad hacia las creencias del fallecido y su familia. Pero en Barranquilla, ese principio parece haberse quebrado.

Así lo ha denunciado el arzobispo de la ciudad, monseñor Pablo Emiro Salas, quien ha generado revuelo con unas declaraciones contundentes: en varios cementerios y funerarias del Atlántico se estarían ofreciendo ceremonias religiosas “falsas”, sin el consentimiento expreso de los familiares, suplantando ritos católicos y confundiendo a los dolientes.

Según expuso, se trata de celebraciones oficiadas por personas que no pertenecen a la Iglesia Católica, pero que se presentan como si fueran parte de ella, lo que—según sus palabras—“ofende las creencias del difunto y de sus allegados”. “No se les consulta, no se les informa. Simplemente se les impone un ritual que no corresponde con su fe”, afirmó.

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Salas fue más allá y pidió que el Ministerio del Interior, a través de su Oficina de Asuntos Religiosos, investigue estos hechos. “Me gustaría que se dieran una pasadita por el Atlántico y constaten cómo se están vulnerando los derechos religiosos de los fieles católicos”, insistió.

El prelado aclaró que la Iglesia Católica no se infiltra en ritos de otras religiones, y por tanto espera la misma reciprocidad. “Nunca simulamos ser iguales a luteranos, musulmanes o adventistas. Respetamos su identidad y pedimos lo mismo”, recalcó.

En respuesta, la funeraria Los Olivos, una de las señaladas indirectamente, emitió un comunicado defendiendo su labor. Afirmaron que respetan plenamente la libertad de culto y que sus servicios permiten a cada familia despedir a sus seres queridos según sus convicciones. Añadieron que el 65 % de las ceremonias realizadas este año han sido católicas y que todas se han llevado a cabo “con transparencia y sin generar confusión”.

La funeraria también agradeció la confianza de las familias y reiteró su compromiso con la claridad y el respeto en cada acto funerario, buscando ofrecer espacios de consuelo en medio del dolor.

La polémica está servida: en medio del duelo, la fe y el respeto se convierten en terreno de debate. Ahora, queda en manos de las autoridades determinar si estas prácticas vulneran los derechos religiosos de los ciudadanos, como sostiene el arzobispo.

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