Tras hallar artefactos, el cementerio musulmán de Ceuta recupera espacio funerario

Tras hallar artefactos, el cementerio musulmán de Ceuta recupera espacio funerario

No fue un hallazgo cualquiera. Durante unas obras destinadas a ampliar el cementerio musulmán de Ceuta, aparecieron artefactos enterrados que forzaron a las autoridades locales a parar en seco una intervención ambiciosa: la creación de 850 nuevos sarcófagos para atender la creciente necesidad de espacio.

La situación se tornó urgente. Las denuncias del partido MDyC, que alertó de la falta de espacio para entierros a partir de mayo, sirvieron como catalizador para una respuesta rápida. Aunque el consejero de Fomento, Alejandro Ramírez, negó la inmediatez del problema, reconoció los obstáculos vividos: una primera licitación quedó desierta por el encarecimiento de materiales, y la siguiente, ya adjudicada, se topó con el inesperado hallazgo bajo tierra.

La solución llegó de forma excepcional. “Actuamos donde sabíamos que era seguro”, explicó Ramírez. El Gobierno local ejecutó una obra de emergencia en otra parte del cementerio, fuera de riesgo, donde ya se están entregando 250 nichos. Una medida provisional pero necesaria, que da aire a la Ciudad mientras se prepara para una actuación mucho mayor.

Este paso urgente no es el final del camino. La administración planea ahora un nuevo expediente de gran envergadura que, si todo marcha bien, permitirá habilitar los 850 sarcófagos inicialmente previstos. Sin embargo, los trabajos no serán sencillos: el terreno deberá ser descontaminado, se necesitarán empresas especializadas y el presupuesto aumentará.

La hoja de ruta del Ejecutivo autonómico es clara: dos años para estabilizar la situación actual, y un horizonte de entre cinco y diez años para garantizar espacio funerario adecuado para la comunidad musulmana ceutí. La esperanza es que, esta vez, nada impida cumplir con un derecho básico: enterrar a los seres queridos con dignidad y sin esperas.