Una necesidad sin resolver: Sanse debatirá de nuevo la construcción de un cementerio público

Una necesidad sin resolver: Sanse debatirá de nuevo la construcción de un cementerio público

En San Sebastián de los Reyes, la vida avanza, pero la muerte aún no tiene un lugar público donde descansar. Es una carencia llamativa en una ciudad con más de 90.000 habitantes y, según los datos oficiales, 454 fallecimientos registrados solo en 2023. La cifra no solo impresiona por lo humana, sino por lo que revela: el municipio sigue sin un cementerio municipal público.

Este miércoles, el grupo municipal VOX volverá a defender en el pleno una moción que ya ha presentado otras tres veces desde 2021. Cuarta vez, misma propuesta: construir un cementerio de gestión pública que incluya también tanatorio, crematorio y columbario. Una infraestructura completa y, aseguran, esencial para cubrir un servicio básico y digno para los vecinos.

La ubicación sugerida por la formación es la zona S.U.N.S A-7 La Estanquera – La Fuente, en Cerro Mangranillo, clasificada como suelo dotacional en el Plan General de Ordenación Urbana desde el año 2001. Un terreno ya previsto para fines públicos, que sigue sin uso específico más de dos décadas después.

Alejandro Caro, portavoz del grupo, ha recordado que “el actual equipo de gobierno apoyó esta iniciativa cuando estaba en la oposición, pero tras dos años de mandato no ha habido avances concretos”. En su opinión, hay fórmulas de gestión viables que permitirían sacar adelante el proyecto sin comprometer el presupuesto municipal. “No hablamos de un lujo, hablamos de un derecho básico que muchos vecinos ya dan por hecho… hasta que lo necesitan”, ha afirmado.

La moción insiste en que el nuevo cementerio debe construirse con criterios de eficiencia, sostenibilidad y titularidad pública, para asegurar su accesibilidad y estabilidad a largo plazo.

El debate no será aislado. Este pleno municipal también abordará otras propuestas relacionadas con infraestructuras, servicios públicos y políticas sociales, lo que pone de relieve la creciente presión sobre los recursos municipales en un entorno urbano en constante crecimiento.

Mientras tanto, la ciudad sigue esperando un espacio que no solo gestione la muerte, sino que dé paz a las familias. Una promesa que se hace esperar, pero que cada año se vuelve más urgente.