En San Román de los Montes, un pequeño municipio toledano acostumbrado a la tranquilidad, algo rompió la paz este fin de semana. Cuatro tumbas del cementerio municipal fueron profanadas en un acto que ha dejado a vecinos y autoridades entre la indignación y el desconcierto.
Todo empezó el domingo por la mañana, cuando el Ayuntamiento recibió el aviso. Alguien había irrumpido en el camposanto y accedido al interior de cuatro sepulturas. Una de ellas quedó especialmente dañada: su lápida estaba rota. El resto habían sido abiertas.
La alcaldesa, Luisa Nieto, se puso de inmediato en contacto con la Guardia Civil, que envió a la policía científica para intentar esclarecer lo ocurrido. Hasta ahora, no se sabe si se trató de un acto vandálico sin más, si hubo intención de robo o si se trató de una gamberrada de mal gusto. “No sabemos si buscaban algo, si se llevaron algo o si fue una chiquillada”, afirmó la alcaldesa.
Las tumbas afectadas eran antiguas. Las familias ya han sido informadas, y el Ayuntamiento ha comenzado las reparaciones. Los operarios municipales han cerrado las sepulturas abiertas y se ha activado el seguro para restaurar la más dañada.
Es la primera vez que ocurre algo así en el municipio. El miedo a que se repita ha despertado un debate entre los vecinos sobre la necesidad de reforzar la seguridad del cementerio.
Este hecho no parece estar relacionado con la oleada de robos de crucifijos que afectó a la provincia de Toledo el año pasado, pero ha dejado un poso de inquietud. Porque no hay acto más cruel que perturbar la paz de los que ya descansan.
