Roquetas de Mar ampliará sus cementerios con 184 nuevos nichos

Roquetas de Mar ampliará sus cementerios con 184 nuevos nichos

En un gesto de previsión y respeto, el Ayuntamiento de Roquetas de Mar ha dado luz verde a un proyecto que, aunque silencioso, resulta esencial: la ampliación de los cementerios municipales. La Junta de Gobierno ha aprobado la licitación de unas obras que permitirán la construcción de 184 nuevos nichos, distribuidos entre el cementerio de San Jerónimo y el de El Parador.

El proyecto no es fruto de la improvisación. En el cementerio principal de Roquetas, San Jerónimo, se levantarán 136 nuevas unidades repartidas en dos parcelas interiores no contiguas: una con 72 nichos y otra con 64. Por su parte, el cementerio de El Parador contará con 48 nichos más en una única zona habilitada para ello.

La inversión para estas obras asciende a 154.196,02 euros, con un plazo de ejecución previsto de 60 días. Las estructuras estarán compuestas por módulos prefabricados de hormigón armado sobre una losa de cimentación, adaptadas con pequeños desniveles para salvar las pendientes del terreno y permitir una integración armoniosa con el entorno ya existente. Cada módulo contará con cuatro niveles de altura, optimizando el espacio sin sacrificar la estética ni el respeto al lugar.

Más allá del dato técnico, la medida es una respuesta a una demanda social. El concejal de Medio Ambiente, Juan Carlos Muyor, ha subrayado la importancia de esta actuación, señalando que se enmarca dentro de una estrategia más amplia de renovación y mejora de las infraestructuras básicas del municipio. “Es nuestra responsabilidad anticiparnos y dar respuesta a las necesidades de futuro, incluso en servicios tan delicados como este”, afirma.

El descanso eterno también requiere planificación. Y este proyecto es, precisamente, una muestra de cómo la administración pública puede actuar con sensibilidad y visión a largo plazo, cuidando esos espacios donde se honra la memoria.

Porque hablar de cementerios no es solo hablar de final, sino también de cuidado, dignidad y permanencia. En estos lugares, cada ladrillo, cada losa y cada nicho, son también parte de la historia de un pueblo que respeta a sus muertos tanto como acompaña a los vivos.