Algunos escenarios cinematográficos no desaparecen cuando se apagan las cámaras. Al contrario, cobran una nueva vida en la memoria de los espectadores y en el corazón de los viajeros. Es lo que ha ocurrido con el Cementerio de Sad Hill, en Burgos, que este mayo será protagonista en el primer Congreso Europeo de Turismo de Pantalla, el SET Congress, en Bilbao.
Ubicado entre las localidades de Contreras y Santo Domingo de Silos, Sad Hill es el icónico lugar donde se rodó la escena final de “El Bueno, el Feo y el Malo”, dirigida por Sergio Leone. Años después de aquel duelo legendario, el sitio se ha transformado en un destino de peregrinaje para los amantes del western y del cine en general.
Este fenómeno, conocido como turismo de pantalla, está en auge. Según un estudio de The Travelling Set, 4 de cada 10 personas escogen su próximo destino influenciadas por películas o series. Y lo más sorprendente: estarían dispuestas a pagar más por una experiencia ligada a estos mundos de ficción convertidos en realidad.
La Asociación Cultural Sad Hill, responsable de la restauración y conservación del lugar, será uno de los ponentes destacados del congreso, participando en la mesa “El fenómeno fan y el turismo de pantalla”. Allí compartirán cómo este paraje casi olvidado ha sido rescatado por la pasión cinéfila y convertido en motor turístico.
Durante el evento, expertos de diferentes países pondrán sobre la mesa datos inéditos, casos de éxito y perspectivas diversas sobre este nuevo tipo de turismo que mezcla emoción, cultura popular y memoria visual. Se hablará de Sad Hill, pero también de cómo un paisaje puede convertirse en un símbolo compartido por miles, y de cómo el cine crea vínculos más allá de la pantalla.
Además, se prepara la reconstrucción de Betterville, otro de los sets originales de la película, ubicado en el Parque Natural Sabinares del Arlanza-La Yecla, ampliando así la experiencia para los visitantes.
Sad Hill no solo es un cementerio de película. Es un puente entre el arte y el turismo, entre la ficción y el entorno natural de Castilla. Y ahora, se convierte también en referencia internacional de cómo una historia bien contada puede atraer, emocionar y transformar un territorio.