Una tarde que debería haber sido tranquila terminó con la indignación de toda una comunidad. Ocurrió el domingo, en el Cementerio de Mitre, ubicado en la zona rural de Timbúes. Allí, entre lápidas y recuerdos, dos personas fueron sorprendidas provocando destrozos y sustrayendo objetos que, aunque de escaso valor económico, tienen una carga emocional incalculable para quienes descansan allí y sus familias.
La escena fue descubierta alrededor de las 15 horas, cuando el cuidador del cementerio notó movimientos extraños y alertó de inmediato a la Guardia Urbana. La rápida respuesta permitió interceptar a los sospechosos a pocos metros de la entrada, portando dos bolsas de friselina. Dentro de ellas, los agentes encontraron juguetes, adornos y ofrendas, elementos que formaban parte de los homenajes dejados junto a las tumbas.
Los detenidos son un hombre de 31 años, oriundo de San Lorenzo, y una mujer de 39 años, de Puerto General San Martín. Según relató el cuidador, ambos habían ingresado sin autorización al cementerio, causando daños visibles en algunas estructuras antes de intentar retirarse con los objetos sustraídos.
Tras verificar el estado del lugar y confirmar los daños, los agentes procedieron a trasladar a los implicados a la comisaría 9na, donde quedaron a disposición de la justicia. La investigación está ahora en manos del Ministerio Público de la Acusación, que tomará las medidas correspondientes.
Este tipo de hechos golpea de manera especial. No se trata solo de un delito contra la propiedad: es una falta de respeto hacia el dolor ajeno, hacia la memoria de quienes ya no están y hacia las tradiciones que los honran. La comunidad de Timbúes ha reaccionado con tristeza y enojo ante lo ocurrido, esperando que la justicia actúe con firmeza.
Mientras tanto, el cementerio vuelve a cerrarse al silencio, intentando recuperar la paz que le fue arrebatada, aunque sea por un momento, por una acción tan incomprensible como dolorosa.