La puerta principal del cementerio municipal de San Amaro, en La Coruña, ha comenzado a ser restaurada tras casi dos siglos de historia. Instalada en 1833 como parte de la primera ampliación del camposanto, esta entrada de hierro forjado no solo es un acceso al cementerio, sino también un símbolo de un período de gran transformación urbana y social.
En aquel año, un brote de cólera obligó a trasladar los entierros fuera de las iglesias, inaugurando un nuevo modelo de camposantos alejados de las zonas habitadas. Durante la expansión de San Amaro, además de esta emblemática puerta, se añadieron un osario y una capilla. El acceso principal, que originalmente estaba en el eje central, fue desplazado a un lateral, donde se mantiene en la actualidad.
El proceso de restauración
La restauración de esta puerta, de 2,45 metros de ancho y 4,40 metros de alto, ha sido encargada a Forxa Chago, una empresa dirigida por el reconocido artesano Santiago Martínez, conocido por su trabajo en monumentos como la Catedral de Santiago. Con un presupuesto superior a los 44.000 euros, el proyecto contempla la reparación tanto de la estructura de hierro como de la cantería que enmarca la entrada.
El proceso ya está en marcha. La puerta ha sido retirada del lugar y llevada al taller de ferretería, donde se tratarán problemas como la deslaminación por corrosión, la pérdida de material y deformaciones mecánicas. Al mismo tiempo, canteros y restauradores trabajan in situ para devolver el esplendor al marco de piedra, decorado con inscripciones, relieves y escudos.
Yoya Neira, concelleira de Medio Ambiente, subrayó la importancia de esta intervención para la conservación del patrimonio local: “Es un espacio icónico de La Coruña y del barrio de Monte Alto. Protegerlo es preservar nuestra historia”.
Un proyecto en manos de expertos
Santiago Martínez, cuyo taller se especializa en técnicas tradicionales de forja, ha sido premiado recientemente por sus contribuciones a la restauración arquitectónica en Galicia. Su experiencia incluye trabajos en la Porta Santa, el Botafumeiro y la fachada del Obradoiro de la Catedral de Santiago, lo que garantiza un cuidado excepcional en la recuperación de este elemento histórico.
Se espera que los trabajos concluyan en un plazo de dos meses, devolviendo la puerta a su lugar de origen, lista para continuar siendo testigo de la historia de La Coruña.
Un legado para el futuro
La restauración de la puerta de San Amaro no solo asegura la conservación de un valioso elemento arquitectónico, sino que también pone en valor las técnicas tradicionales de restauración. Este proyecto permite que generaciones futuras puedan apreciar el esfuerzo colectivo por mantener vivo el pasado de la ciudad, simbolizado en este acceso que ha resistido el paso del tiempo.
Más que una puerta, este elemento es un testigo silencioso de los cambios que marcaron a La Coruña en el siglo XIX. Ahora, gracias a esta intervención, seguirá siendo un vínculo tangible con la historia de la ciudad y su gente.