El auge de las cremaciones impulsa inversiones en hornos funerarios en Almería

El auge de las cremaciones impulsa inversiones en hornos funerarios en Almería

En Almería, el adiós definitivo de muchas familias se está transformando. Cada vez más personas eligen la incineración como la última despedida de sus seres queridos. Lo que hace pocos años era una opción secundaria, ahora representa más del 40% de los servicios funerarios en la provincia, según datos de la patronal de empresas de pompas fúnebres. Este cambio ha provocado que las empresas funerarias inviertan en nuevas infraestructuras, con siete crematorios en funcionamiento y dos más en camino.

Entre los crematorios operativos se encuentran instalaciones emblemáticas como las de Tanatorios y Funerarias del Sur en Roquetas, El Ejido y Campohermoso; Funeraria San José, en Huércal de Almería; y ASV, con el crematorio municipal Portocarrero. Otros nombres destacados son Funeraria Robles, que opera en Cuevas del Almanzora, y Funeraria Collyfer, con un horno recientemente inaugurado en Huércal-Overa. Sin embargo, el mapa de crematorios está a punto de ampliarse con proyectos como el de Funeraria Jordán en Gádor y otro en Níjar, promovido por Serfucampo.

La creciente demanda tiene una razón clara: el coste. Una cremación ronda los 800 euros, mientras que un entierro tradicional puede superar los 3.000. Este factor, junto con un cambio en las tradiciones funerarias y la posibilidad de incinerar mascotas, ha impulsado esta tendencia en Almería, que sigue la línea del resto del país.

A pesar de este crecimiento, la provincia aún está rezagada en comparación con otras regiones andaluzas. Sevilla lidera con 22 hornos, seguida de Granada con 13 y Málaga con 12. Para facilitar el desarrollo de estas infraestructuras, la Administración autonómica ha elaborado un modelo de resolución que homogeniza los requisitos para nuevas autorizaciones. Entre otras medidas, establece que los ataúdes para cremación no podrán contener materiales como PVC o barnices con metales pesados.

Mientras Almería avanza hacia un modelo más centrado en la cremación, este cambio no solo refleja una preferencia económica o práctica. También evidencia un cambio cultural en cómo las familias de la provincia enfrentan la despedida, buscando opciones más accesibles y adaptadas a sus necesidades emocionales y financieras.