Los musulmanes residente en Alicante piden un espacio en el cementerio y una sala velatorio
La comunidad islámica lleva más de doce años reclamando al Ayuntamiento de Alicante un espacio en el cementerio donde enterrar a sus fallecidos, y disponer de una sala, en el futuro recinto, con agua fría y caliente y una camilla para poder lavar y velar a sus muertos mediante sus ritos.
La comunidad islámica asciende a más de 46.000 personas, sin contar los nacionalizados y los musulmanes de segunda y tercera generación descendientes de los que llegaron hace décadas. Majed Kadem, presidente de la comunidad islámica en Alicante, hace tiempo que hace suyas las reivindicaciones que la comunidad islámica realiza ante el tripartito que gobierna el Ayuntamiento de Alicante, con el que tiene pendiente una reunión. No obstante, Kadem recordó que lo primero es tener un cementerio.
Reclaman un lugar específico para enterrar a personas de religiones musulmana y judía en la ampliación del cementerio proyectada en el área más alejada de los núcleos urbanos del entorno, cuyo plan especial aprobó el pleno del Ayuntamiento en diciembre de 2015 sobre una superficie de casi 600.000 metros cuadrados, lo que supondrá duplicar la extensión actual del camposanto alicantino.
Las familias de esta religión que viven en la provincia inhuman a sus fallecidos en Andalucía o Madrid, o en los países de origen, con el coste económico que les supone. En la sala que quieren como tanatorio en el futuro cementerio musulmán de Alicante, esperan también poder velar a su s muertos. «Sólo queremos poder llevar allí a cualquier persona que ha muerto. En otras ciudades se hace en los mismos hospitales pero sería mejor en el mismo cementerio».