El líquido para embalsamar, según sugiere una investigación publicada en la revista ‘Journal of Neurology Neurosurgery & Psychiatry’, puede afectar negativamente a las personas que preparan los cuerpos para ser enterrados, ya que, según Journal, pueden estar en mayor riesgo de padecer la enfermedad neurodegenerativa esclerosis lateral amiotrófica (ELA) por culpa del formaldehído utilizado en el liquido para embalsamar.
La ELA es una enfermedad progresiva que causa debilidad muscular, parálisis y, finalmente, insuficiencia respiratoria y muerte. No hay cura para esta patología, que se cree que afecta a 450.000 personas en todo el mundo. Se ha debatido sobre algunos factores ambientales que posiblemente incrementan el riesgo de desarrollar ELA, incluyendo formaldehído.
Por ello, los investigadores analizaron los vínculos entre la muerte por ELA y la exposición ocupacional al formaldehído, utilizando el ‘Estudio Longitudinal Nacional de Mortalidad de Estados Unidos’ (NLM, por sus siglas en inglés), en el que participan casi 1,5 millones de adultos.
Cuando tenían 25 años o más, se pidió a los participantes que informaran sobre su trabajo actual o más reciente y se estimó su exposición al formaldehído en el trabajo utilizando criterios desarrollados por higienistas industriales del Instituto Nacional del Cáncer. Se calcularon la intensidad (frecuencia y nivel) y la probabilidad de la exposición al formaldehído para cada sector de trabajo e industria.
Los hombres en puestos de trabajo con una alta posibilidad de exposición al formaldehído presentaban alrededor de tres veces más probabilidades de morir de ELA que los que no habían estado expuestos a esta sustancia química en absoluto. Pero las mujeres con una alta probabilidad de exposición no tenían un mayor riesgo de ELA, posiblemente debido a que muy pocas trabajaban expuestas a altos niveles de formaldehído, lo que hace difícil calcular el nivel de riesgo, dicen los investigadores.
Los hombres cuya intensidad y probabilidad de exposición fueron calificadas como altas tuvieron más de cuatro veces más de probabilidades de morir de ELA que aquellos sin exposición, aunque sólo hubo dos muertes por ELA en este grupo. Todos los 493 hombres con alta intensidad y probabilidad de exposición al formaldehído eran personas que trabajaban en funerarias.
Se trata de un estudio observacional, así que no hay conclusiones definitivas que se puedan extraer sobre causa y efecto y los autores advierten que los trabajos que implican un alto nivel de exposición al formaldehído son relativamente raros, además de que los directores de funerarias están expuestos a otros productos químicos utilizados en el embalsamamiento, así como a las bacterias y los priones.
Pero la investigación experimental ha vinculado el formaldehído al daño de los nervios, aumento de la permeabilidad de las centrales de energía de las células -mitocondrias– y la producción de los dañinos radicales libres, todos ellos implicados en la ELA, concluyen.