El dolor de perder a un hijo durante el periodo gestacional, perinatal o neonatal es una experiencia devastadora que muchas familias enfrentan en silencio. Conscientes de esta realidad, el cementerio municipal de Puertollano ha inaugurado un espacio dedicado a recordar y sanar tales pérdidas. Esta iniciativa, liderada por la concejal Inmaculada Amaro y la Asociación Meciendo Estrellas, responde a una demanda de las familias que buscan consuelo y un lugar donde conmemorar a sus pequeños.
Durante la ceremonia de inauguración, que contó con la participación de representantes municipales, familias y amigos, se vivieron momentos de profunda emoción. La música de Manuel Briega al violín y Joaquín González al teclado acompañó el acto simbólico en el que se depositaron estrellas y mariposas en un árbol, mientras se leían comunicados y testimonios que resaltaban la importancia de este espacio. Las mariposas, como explicó Amaro, simbolizan la fugacidad de la vida y la huella eterna que dejan estos pequeños.
Patricia Romero, de la Asociación Meciendo Estrellas, hizo un llamado a las autoridades para que brinden más apoyo y formación, especialmente en el ámbito sanitario, a quienes atraviesan por estos trágicos momentos. «Es fundamental que se atienda con la misma dignidad a una madre que ha perdido a su hijo, como a cualquier otra madre», enfatizó.
El espacio inaugurado aún no está completamente acondicionado, pero se espera que para el próximo año, con la asignación de una nueva partida presupuestaria, esté totalmente habilitado. Alicia Ruiz y María Rodrigo, madres que han vivido estas pérdidas, compartieron sus experiencias, subrayando la necesidad de romper el tabú que rodea al duelo gestacional y perinatal. «Desde el momento en que el test de embarazo da positivo, ya nos sentimos madres, y la pérdida de un hijo es un dolor que no se debe silenciar», compartieron.
Este espacio en Puertollano es un paso hacia la visibilización y reconocimiento de un dolor que, aunque silencioso, es profundamente sentido. Las familias ahora cuentan con un lugar donde sus hijos pueden ser recordados, un espacio para llorar y sanar.