En Oñati, la seguridad en los cementerios se ha convertido en una prioridad ineludible. La comisión de prevención laboral ha establecido que en ciertas capillas y panteones no se permitirán nuevos enterramientos hasta que se realicen las adaptaciones necesarias para garantizar «la seguridad del personal que realiza estos trabajos». Esta medida afecta principalmente al antiguo cementerio y a la zona que se construyó durante la primera ampliación, mientras que la parte más nueva del recinto no requiere modificaciones.
El Ayuntamiento ya ha comenzado a notificar a los vecinos sobre la nueva normativa, que busca asegurar que los trabajadores puedan realizar sus labores sin riesgos. Aunque esta restricción no afecta a las urnas de cenizas, los entierros tradicionales quedan suspendidos hasta que las condiciones de seguridad sean las adecuadas.
Un elemento clave de estas mejoras es la adecuación de una abertura de 2×09 metros en la parte superior de los panteones. Esta modificación facilitará la introducción segura de los féretros, y en algunos casos, será necesario el uso de grúas. Estas intervenciones son parte de las condiciones establecidas por la inspección de trabajo para cumplir con los estándares de seguridad.
Antes de que puedan llevarse a cabo las obras, es imprescindible que los propietarios renueven la concesión de los panteones o capillas en los casos donde esta haya expirado. El Ayuntamiento ha fijado el 31 de diciembre como fecha límite para completar este trámite, que se aplica especialmente a la zona más antigua del cementerio.
Para aquellos que no puedan realizar las adaptaciones necesarias de inmediato, el Ayuntamiento ofrece una solución temporal: la inhumación del cuerpo en un nicho de propiedad municipal. Esta medida provisional estará sujeta al pago de una tasa establecida en la ordenanza fiscal, y el cuerpo deberá permanecer al menos cinco años en dicho espacio, conforme al Reglamento de Sanidad Mortuoria del País Vasco.
En este contexto, la comunidad de Oñati se enfrenta al desafío de modernizar y asegurar sus espacios funerarios, un esfuerzo que busca proteger tanto a los trabajadores como a los visitantes del cementerio. Los esfuerzos por mejorar la infraestructura funeraria reflejan un compromiso con la seguridad y la dignidad, preservando al mismo tiempo la solemnidad y el respeto hacia aquellos que descansan en estos lugares.
La transformación de los cementerios en Oñati es un proceso que requiere la colaboración de la comunidad, y aunque implica cambios significativos, también representa una oportunidad para reforzar los lazos con el pasado, adaptándose a las necesidades del presente y del futuro.