El Congreso de los Diputados ha tomado una decisión que podría cambiar la realidad económica de muchas familias en España. Se ha aprobado una proposición no de ley que insta al Gobierno a reducir el IVA de los servicios funerarios del 21% al 10%. Esta medida, largamente esperada, tiene detrás a una organización que ha trabajado incansablemente para conseguirlo: el Observatorio de los Servicios Funerarios (OSF).
Desde sus inicios, el OSF ha defendido la necesidad de una fiscalidad más justa en uno de los momentos más duros para cualquier familia: el adiós a un ser querido. La presidenta del Observatorio, María Dolores Asensi, ha expresado que esta aprobación es “un paso firme en la dirección correcta y una victoria para la ciudadanía y el sentido común”. Asensi recalca que no se pide un privilegio, sino justicia fiscal para las familias en un servicio esencial.
España se encuentra entre los países con el IVA funerario más alto de Europa, solo superado por Hungría y Grecia. En contraste, países cercanos como Portugal, Italia y Países Bajos aplican tipos reducidos o incluso exenciones. Esta situación no solo es una carga económica para las familias, sino también un trato desigual frente a otros servicios esenciales que ya disfrutan de un tipo reducido.
El Observatorio, un foro independiente, ha utilizado argumentos sólidos y consensuados para defender su causa. A través de informes y encuentros sectoriales, ha demostrado que el coste de un sepelio supone un esfuerzo considerable, sobre todo para las rentas más bajas. Reducir el IVA permitiría un alivio fiscal significativo, estimado en unos 400 euros por familia.
La aprobación en el Congreso es solo el primer paso. Ahora, la responsabilidad recae en el Gobierno, que deberá convertir esta proposición en una realidad normativa. El OSF continuará su labor, trabajando con las instituciones para que esta medida se implemente lo antes posible. “Estamos ante la oportunidad de corregir una anomalía fiscal que dura ya demasiado tiempo”, concluye Asensi, señalando que este es el momento de actuar con sensibilidad y racionalidad fiscal.