El valor de hablar del suicidio: una jornada en Reus rompe el silencio y abre el alma

El valor de hablar del suicidio: una jornada en Reus rompe el silencio y abre el alma

Cuando alguien decide contar su historia más dolorosa delante de desconocidos, no lo hace por exhibicionismo ni por catarsis. Lo hace porque sabe que su voz, rota, puede ser la tabla de salvación de otra. En Reus, esa generosidad se convirtió en el eje invisible de una jornada dedicada a lo que durante demasiado tiempo ha sido innombrable: el suicidio.

En un auditorio en el que se respiraba respeto y contención, Fundación Mémora, junto a la Associació Catalana per la Prevenció del Suïcidi y la Cámara de Comercio de Reus, organizó el 19 de junio una jornada que llevó por título “Anatomía de la desesperación. Afrontar el suicidio”. Un encuentro para mirar de frente la tragedia, pero también para aprender a acompañar, a entender y a actuar.

El evento reunió a una cincuentena de personas, entre profesionales de la salud mental, supervivientes y público general. Uno de los momentos más reveladores fue la mesa redonda “Experiencias como supervivientes”. Allí, quienes han perdido a alguien por suicidio o han atravesado el infierno en carne propia compartieron sus vivencias con una honestidad desgarradora.

Laura Horcajo, psicóloga especializada en crisis, aportó su mirada clínica y humana sobre el acompañamiento a familias devastadas. Anna Terradellas, autora de “Adiósfera”, habló del suicidio de su padre con una mezcla precisa de amor, rabia y reconstrucción. Y Rosa Burguera y Miquel Lara, padres de Anna, muerta por suicidio, relataron cómo su duelo se convirtió en libro: “Una puta mierda”, un título sin filtros para un dolor sin consuelo, pero no sin amor.

El filósofo Francesc Torralba abrió la jornada con una conferencia que diseccionó las grietas de la desesperación y reivindicó la necesidad de comprender sin juzgar. Su intervención fue un punto de partida para una reflexión colectiva que se alargó en el espacio final de preguntas, donde el público pudo compartir sus inquietudes y agradecer el coraje de los ponentes.

Josep París, director de desarrollo de Fundación Mémora, cerró el acto con un mensaje claro: “La prevención comienza por atreverse a hablar. Gracias a quienes hoy habéis hablado, estamos un poco más cerca de una sociedad que escucha, cuida y acompaña”.

No fue una jornada para encontrar respuestas fáciles. Fue una jornada para empezar a hacer las preguntas correctas.