En una innovadora lección fuera del aula, 18 alumnos de 1º de Bachillerato del IES Vicente Verdú de Elche se adentraron en una experiencia educativa única: un recorrido por el Cementerio Viejo de la ciudad. Esta actividad, organizada por los profesores Luis Pueyo y Mariano Serrano, ofreció a los jóvenes una nueva perspectiva para conocer las raíces culturales e históricas de su entorno. Acompañados por el funcionario municipal Manuel Aguilar, los estudiantes recorrieron el camposanto, aprendiendo a observar con atención las historias que las lápidas y panteones pueden narrar.
La visita comenzó con una parada significativa en la tumba de Pedro Ibarra, un reconocido cronista e historiador de Elche. Allí, los alumnos reflexionaron sobre la huella que Ibarra dejó en la ciudad. El recorrido continuó hacia el panteón de los caídos en la Guerra Civil, donde los estudiantes encontraron nombres que ahora dan título a las calles de Elche, una oportunidad para meditar sobre el impacto del pasado en el presente.
Entre los momentos más memorables estuvo la visita al jardín que honra a los ilicitanos que sufrieron en los campos de concentración nazis. Una escultura conmovedora de Antonio Pons recuerda a los 12 ilicitanos que perdieron la vida en esos lugares de horror. Este espacio de reflexión invitó a los estudiantes a considerar el valor de la memoria y el respeto por aquellos que sufrieron en el pasado.
El silencio y la sorpresa fueron constantes entre los jóvenes, particularmente al descubrir las historias de la aristocracia local, como el panteón de los Roca de Togores, y los empresarios que impulsaron la industria zapatera de Elche. La jornada también incluyó una visita a las sepulturas de figuras ilustres de los siglos XIX y XX, como el compositor Alfredo Javaloyes y el capitán Lagier, quienes dejaron un legado significativo en la historia local.
El recorrido culminó en el panteón de Ibarra Santamaría, viuda de Revenga, cuya impresionante arquitectura imita la basílica de Santa María. Aquí, los estudiantes exploraron el simbolismo masónico y los restos del antiguo sistema eléctrico del cementerio, sumergiéndose en una experiencia educativa que iba más allá de los libros de texto.
Para el profesor Pueyo, esta visita fue una oportunidad única para conectar a los alumnos con su ciudad de una manera íntima y directa. A través de esta actividad, los estudiantes aprendieron a valorar la historia como parte de su identidad cultural y a desarrollar un pensamiento crítico sobre el pasado y su legado.
La jornada en el Cementerio Viejo de Elche demostró que la educación puede ser más efectiva cuando se lleva más allá de las paredes de un aula convencional. Las historias enterradas en el cementerio cobraron vida, ofreciendo lecciones de historia, arte y memoria que los estudiantes difícilmente olvidarán.