El sector funerario entre la apertura, la opacidad y la obsesión por la sostenibilidad

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La Asociación Nacional de Servicios Funerarios (PANASEF), que agrupa y defiende los intereses comunes de las empresas prestadoras de servicios funerarios y de cementerios en toda España, ha realizado de manera reiterada la afirmación de representar un sector “abierto a la sociedad”, algo que merece ser cuestionado.

El sector funerario español arrastra una opacidad estructural, marcada por una fuerte concentración empresarial y una escasa competencia real, lo que perjudica a las pequeñas y medianas empresas del sector y, en última instancia, al propio usuario. Sería un acto de evidente apertura por parte del sector funerario abrir un debate a todas las sensibilidades para que pudiesen confrontar distintos puntos de vista sobre cómo se gestiona la muerte en España.

Uno de los principales problemas del sector es la concentración del mercado en manos de empresas aseguradoras que a su vez, son propietarias de grandes funerarias que controlan una parte sustancial del negocio funerario y sus infraestructuras, pero lo más grave, es que además forman parte del Órgano de Gobierno de la patronal Panasef. Esta situación genera barreras de entrada para nuevas empresas, dificulta la competencia y perpetúa prácticas poco transparentes.

Si Panasef quiere sostener su afirmación debe comenzar por promover una mayor transparencia, fomentar la competencia real y garantizar un acceso justo y equitativo a los servicios funerarios. ¿Para cuándo una auditoría social real sobre prácticas funerarias? La profesionalización que tanto promueven debe ir acompañada de una rendición de cuentas efectiva, de regulaciones que eviten abusos y de una apertura que no sea solo discursiva, sino tangible y verificable. Hablamos de un sector que necesita una profunda transformación estructural.

¿Medioambiente o marketing?

Por otro lado, y en referencia a las empresas funerarias, cabe destacar la obsesión que muchas de ellas tienen por mostrar a la sociedad un mayor compromiso con la sostenibilidad. El greenwashing, también conocido como «lavado de imagen verde», es una práctica que utilizan las empresas para aparentar ser más respetuosas con el medioambiente de lo que realmente son. En los últimos años parece que este fenómeno ha atacado a nuestras funerarias, ya que, la mayoría de ellas, han incorporado prácticas más sostenibles y respetuosas con el planeta. Ofrecen ataúdes ecológicos, urnas biodegradables, luchan contra las emisiones de CO2 y se muestran exageradamente preocupadas en reducir el impacto ambiental. A primera vista, estas acciones parecen responder a una genuina preocupación por nuestro planeta. Sin embargo, una mirada más crítica revela que, en algunos casos, estas medidas forma parte de una estrategia de marketing orientada a mejorar su imagen pública.

AUTOR: Roberto Durán