Alicia Aneiros: La Guardiana de la Muerte en Galicia

Alicia Aneiros: La Guardiana de la Muerte en Galicia

En la tranquila comarca de A Chaira y As Pontes, Alicia Aneiros ha encontrado su vocación en un trabajo poco común: es la única sepulturera de la región, desafiando estereotipos y mostrando que la muerte puede ser una forma de vida. Desde niña, Alicia acompañó a su padre, Lolo, en sus tareas como sepulturero, y al llegar la hora de su jubilación, ella tomó el relevo, dejando atrás su trabajo como auxiliar de enfermería.

A sus 28 años, Alicia asumió la responsabilidad de diez parroquias en cuatro concellos, expandiendo su labor a Muras, Xermade y As Pontes. Su presencia en el cementerio es inusual y, a menudo, sorprende a quienes la ven trabajar. Sin embargo, ella se ha convertido en una figura indispensable en la comunidad, demostrando que las mujeres también pueden desempeñar un papel crucial en este campo.

La vida de Alicia está llena de anécdotas y desafíos que ha enfrentado con valentía y determinación. Desde el primer día, tuvo que hacerse un lugar en un oficio tradicionalmente masculino, lidiando con el escepticismo de algunos y ganándose el respeto de muchos. «La gente piensa que no estamos capacitadas, pero se equivocan», afirma con convicción.

El trabajo de sepulturera no es fácil. Requiere fuerza física para manejar lápidas pesadas y habilidad para preparar el terreno. Alicia también toca las campanas, un oficio en peligro de extinción que ella espera preservar. Cada campanada tiene un significado, y ella ha aprendido a identificar las señales que anuncian la llegada de un nuevo difunto.

A pesar de los aspectos sombríos de su trabajo, Alicia encuentra satisfacción en la autonomía que le ofrece. Puede decidir su horario y, en cierto modo, controlar su destino. Sin embargo, el trabajo también es emocionalmente desafiante. «Es difícil no empatizar», admite, especialmente cuando conoce a las personas que entierra.

Su oficio le ha permitido vivir experiencias únicas, como encontrar un libro de un apicultor entre los restos de un difunto, o asistir a un entierro amenizado por mariachis. Alicia ha aprendido a ver la humanidad en la muerte, a valorar cada historia y a mantener viva la memoria de los que han partido.

Alicia Aneiros es una pionera, no solo por ser una de las pocas mujeres en su campo, sino también por su capacidad para enfrentar la muerte con respeto y dignidad. Su historia es un recordatorio de que, en la vida y en la muerte, el amor y el respeto pueden superar cualquier barrera.

 

Fuente original: Elprogreso.es