En Almandralejo, el Ayuntamiento ha decidido anticiparse a las necesidades futuras. Y esta vez lo hace con una mirada serena y práctica hacia uno de los espacios más sensibles de cualquier ciudad: el cementerio municipal.
Durante años, la construcción de nichos se ha ido abordando de forma puntual, con la creación de una única manzana cada vez que se preveía escasez de espacio. Sin embargo, la nueva decisión del equipo de gobierno rompe con esa dinámica: se levantarán dos manzanas completas de nichos en lugar de una sola. La razón no es otra que la previsión. Así lo ha explicado el alcalde, José María Ramírez, quien ha asegurado que ya se cuenta con el proyecto técnico redactado y listo para ejecutarse.
“Queremos evitar ir con prisas cuando el espacio comienza a escasear”, ha declarado Ramírez, haciendo hincapié en que esta planificación responde a una política de gestión responsable y previsora. Se trata de garantizar que el cementerio siga siendo un lugar digno, accesible y funcional, sin llegar a situaciones límite que obliguen a soluciones improvisadas.
La actuación forma parte de un paquete de prioridades que el consistorio ha situado en primera línea tras la aprobación definitiva del presupuesto municipal. Junto a la ampliación del cementerio, se abordará la colocación de la nueva cubierta de la piscina climatizada y se retomará el proyecto del vial que conectará la carretera EX300 con el polígono industrial de la ciudad. Este último, según ha detallado el alcalde, se encuentra en fase de actualización, tanto en lo que respecta a cifras económicas como a otras variables técnicas.
Estas intervenciones reflejan una estrategia de inversión orientada a necesidades reales, que no solo buscan resolver carencias inmediatas, sino mejorar la infraestructura general de la ciudad con una visión de futuro.
Porque gestionar un cementerio no es solo construir nichos; es también ofrecer tranquilidad a las familias, asegurar la continuidad de los servicios y mostrar respeto por quienes ya no están y por los que vendrán.