Durante años, los vecinos de Rubiáns han vivido con una inquietud poco común, pero profundamente humana: la falta de espacio donde enterrar a sus seres queridos. El cementerio parroquial, testigo silencioso de generaciones, había alcanzado su límite. Las familias se veían obligadas a buscar otros lugares para despedirse de los suyos. Pero eso está a punto de cambiar.
Este miércoles, en el Salón Noble de la Casa Consistorial de Vilagarcía, se firmó un acuerdo que pone fin a esta incertidumbre. El Concello ha sellado un compromiso con la Comunidad de Montes de Rubiáns para financiar la ampliación del cementerio con una inversión de 60.000 euros. Una ayuda largamente esperada que permitirá construir 120 nuevos panteones y dotar de servicios a una finca contigua ya urbanizada.
El proyecto arranca con una aportación inmediata de 30.000 euros, que servirá para iniciar las obras sin demora. Esta primera fase contempla la construcción de 50 panteones. El resto de la financiación se entregará tras la justificación de los trabajos iniciales. Según el secretario de la Comunidad de Montes, Álvaro Paz, ya hay 40 familias que han solicitado un espacio en la nueva zona, reflejo de la gran necesidad existente.
Pero este impulso no llega de la nada. En 2024, el Concello ya había ejecutado obras clave en la zona, como la instalación de 150 metros de canalización en la rúa do Ensino, dotando a la parcela de los servicios básicos necesarios y despejando el camino para su urbanización.
Para el presidente de la Comunidad de Montes, José Miguel Barcala, esta intervención es urgente: “Xa non hai espazo, e hai familias que están enterrando noutros lugares”. El alcalde, Alberto Varela, lo resumió con sinceridad: “Tiñamos claro dende o minuto un que íamos a botarlles unha man”. Y aunque algunos dudaron del proyecto, hoy las dudas se disipan.
Más que una obra pública, este acuerdo es una respuesta. Una respuesta a la memoria, al respeto y a la dignidad de una comunidad que llevaba tiempo esperando poder decir adiós en casa.