El gigante funerario Mémora, ahora bajo el paraguas del Grupo Catalana Occidente, ha cerrado un capítulo complicado con la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). El organismo ha impuesto a la empresa una multa de 108.000 euros tras constatar que no cumplió con los compromisos que había asumido al adquirir en 2021 las funerarias Rekalde (Guipúzcoa) e Irache (Navarra).
Estas compras colocaron a Mémora en una posición dominante en varios mercados locales. Por ello, la CNMC le exigió desinversiones para evitar que monopolizara sectores tan sensibles como los tanatorios y crematorios en localidades clave. Sin embargo, esas desinversiones no se llevaron a cabo conforme a lo acordado, particularmente en San Sebastián y Zarauz.
La compañía ha admitido su incumplimiento y ha optado por pagar anticipadamente la multa, lo que le ha permitido beneficiarse de una reducción del 40%, acogida al artículo 85.3 de la Ley 29/2015 de procedimiento administrativo. La CNMC ha calificado la infracción como “muy grave”, aunque el pago rápido ha evitado una sanción que podría haber alcanzado los 10 millones de euros.
Aunque los hechos sancionados son anteriores a la adquisición de Mémora por parte de Catalana Occidente en 2022, el grupo ha decidido asumir la responsabilidad y pasar página.
