A veces, las decisiones más importantes se toman en silencio. En El Puig de Santa Maria, una actuación discreta pero fundamental ha comenzado a transformar el cementerio municipal. Las máquinas ya trabajan sobre el terreno: el ayuntamiento ha iniciado la construcción de 152 nuevos nichos, un proyecto clave que busca resolver una necesidad real y urgente del municipio.
El alcalde, Vicent Porta, no lo ha dudado al calificar la obra como “un servicio esencial que garantiza dignidad en los momentos más duros”. La falta de espacio en el camposanto empezaba a ser crítica. Por eso, esta actuación, financiada a través del Pla Obert de Subvencions 2022/2023 de la Diputación de Valencia con una inversión de 145.801,37 euros, supone un paso al frente en la planificación y gestión de infraestructuras públicas.
El plan contempla dos actuaciones: por un lado, un nuevo módulo con 112 nichos construidos con hormigón armado in situ, y por otro, la ampliación de un bloque existente con 40 unidades adicionales. La estructura será de doble cara y cuatro alturas, adaptada a las características del terreno y del entorno arquitectónico del cementerio.
Durante los dos meses que durarán los trabajos, se acometerán tareas que van desde la nivelación del suelo hasta la cimentación, la instalación de la estructura y cubierta, y los acabados exteriores, incluyendo pavimentación perimetral para facilitar el acceso y mantener la armonía del conjunto.
Más allá del número, lo que se amplía es la capacidad de un pueblo para cuidar a los suyos incluso cuando ya no están. Una decisión que habla de previsión, de responsabilidad y, también, de respeto. La colaboración con la Diputación ha sido, según Porta, “un ejemplo claro de cómo las administraciones pueden sumar para mejorar la vida –y la despedida– de las personas”.