Fundación Mémora impulsa una guía para acompañar con humanidad el final de la vida

Fundación Mémora impulsa una guía para acompañar con humanidad el final de la vida

En un momento de silencio, cuando las palabras se hacen pocas y el tiempo parece detenerse, lo humano cobra una fuerza especial. Acompañar el final de la vida no es solo un acto profesional, es un compromiso ético, emocional y profundamente humano. Con ese espíritu nace la guía “Pacificar el final de la vida”, un documento que busca ofrecer herramientas reales para transitar esa etapa tan delicada de manera más serena, digna y acompañada.

Elaborada por Fundación Mémora junto con la Cátedra Ethos de la Universitat Ramon Llull, la guía fue presentada en Girona durante la inauguración del VIII Ciclo de “Reflexiones sobre la vida y la muerte”, un espacio ya consolidado para debatir y compartir aprendizajes sobre cómo vivir, y cómo acompañar, hasta el final.

El texto es el resultado del trabajo de un grupo interdisciplinar formado por filósofos, profesionales sanitarios, psicólogos y trabajadores sociales. Cada uno, desde su experiencia, ha aportado claves para acompañar mejor tanto desde los centros sanitarios como desde el hogar. Porque acompañar bien también es cuidar, y cuidar no siempre es curar.

La jornada reunió a cerca de 150 asistentes del ámbito sanitario y social. Durante la presentación, José Joaquín Pérez, director general de Fundación Mémora, subrayó que “es posible y necesario mirar el final de la vida con más serenidad y dignidad”, y recordó que hablar de la muerte es también hablar de la vida, especialmente en su último tramo.

Francesc Torralba, filósofo y director de la Cátedra Ethos, puso el foco en lo esencial: reconciliarse, expresar los anhelos pendientes, ordenar el legado, agradecer. Todo eso ayuda, no solo a quien se va, sino también a quienes quedan.

La jornada también dio voz a la experiencia personal de Karla Islas, viuda y participante en la elaboración de la guía, que relató el impacto emocional del diagnóstico de su marido. Su testimonio recordó a todos los presentes que la comunicación es tan importante como el tratamiento médico.

La guía también aborda el papel de los cuidados paliativos, la formación emocional de los profesionales sanitarios, y la importancia de adaptar el acompañamiento a cada persona, sin recetas universales.

Como dijo uno de los intervinientes, “tenemos muy protocolizado cómo se llega a este mundo, pero aún nos cuesta hablar de cómo se deja”. Esta guía, sin duda, es un paso valiente y necesario para hacerlo con más humanidad.