Lo que parecía un camino rural más en las inmediaciones del Santuario de Belén, en Almansa, escondía algo perturbador. Bajo la tierra, restos de animales que nunca debieron acabar allí.
El Movimiento Ecologista de Almansa ha denunciado ante la Policía Local y los Guardias Forestales la existencia de un cementerio clandestino de animales, donde se han hallado entre 8 y 10 cráneos de jabalí, dos cuerpos recientes y restos calcinados. Lo alarmante es la cercanía del lugar con una acequia conectada directamente al Pantano de Almansa: apenas 20 metros separan los cadáveres del agua.
El hallazgo, realizado el pasado viernes, apunta a una práctica continuada y grave. A pocos pasos, el Santuario de Belén acoge habitualmente actos públicos, lo que eleva aún más el riesgo sanitario y ambiental.
Las imágenes difundidas por el medio local “La Tinta de Almansa” confirman el estado del lugar. Todo apunta a que se trata de una zona de un coto de caza privado, lo que ha hecho saltar las alarmas sobre un posible caso de furtivismo, ya que la Unión Cinegética de Almansa cuenta con un cementerio autorizado en Las Cabezuelas.
El caso se considera una infracción grave, de acuerdo con el artículo 84 de la Ley 8/2023, que sanciona el abandono de cadáveres animales cuando suponen riesgo para la salud pública o el medio ambiente. También se incumple el Real Decreto 50/2018, que regula los subproductos animales en actividades cinegéticas.
Curiosamente, la denuncia llega poco después de que el Ayuntamiento firmara un convenio con la Unión Cinegética por valor de 12.000 euros para fomentar la “caza responsable”. A esto se suman los más de 97.000 euros ya destinados a la gestión de las próximas temporadas de caza.
La investigación sigue abierta. Las sospechas apuntan a una persona concreta, pero por ahora no hay pruebas concluyentes. La naturaleza, sin embargo, ya ha hablado.