Los zopilotes sobrevolaban el Cementerio General de Chalchuapa, una imagen que comenzó a llamar la atención de quienes transitaban por la zona en los últimos días. Lo que al principio parecía una escena habitual en los camposantos, terminó por revelar un hallazgo macabro: el cuerpo en estado de descomposición de un hombre, oculto en una tumba.
La Policía Nacional Civil (PNC) confirmó el descubrimiento la noche del sábado 1 de marzo, cerca de las 7:30. Se trataba de Carlos Humberto Martínez, de 58 años, quien había sido reportado como desaparecido desde el 23 de febrero. Su familia llevaba días buscándolo sin éxito, difundiendo su fotografía y la descripción de la ropa que vestía cuando fue visto por última vez en el centro de Chalchuapa, cerca de la farmacia Divina Providencia.
Días de incertidumbre y un final inesperado
Carlos Humberto, conocido en su comunidad de El Refugio, era alguien apreciado por quienes lo conocían. Sus allegados habían mantenido la esperanza de encontrarlo con vida, hasta que las pistas los llevaron a un desenlace doloroso.
El cementerio se convirtió en la última pista. Vecinos notaron el comportamiento de los zopilotes en la zona, lo que despertó sospechas y llevó a las autoridades a inspeccionar el lugar. Fue entonces cuando encontraron el cuerpo en una tumba, en avanzado estado de putrefacción.
Las causas de su muerte aún no han sido esclarecidas. Según la Policía, los detalles se determinarán con la autopsia, aunque se maneja la hipótesis de que pudo haber sufrido un paro cardíaco.
Una despedida llena de interrogantes
La noticia ha causado un profundo impacto entre quienes conocían a “don Carlitos”, como le llamaban con cariño. “Sí era buen amigo”, comentaban algunos, lamentando la manera en que terminó su historia.
Mientras la investigación continúa, su familia y amigos enfrentan la dura realidad de despedir a un ser querido, aún con más preguntas que respuestas sobre qué ocurrió en sus últimos días.