Durante casi dos décadas, los vecinos de Rubiáns han buscado una solución a un problema que preocupaba a muchos: la falta de espacio en su cementerio parroquial. La escasez de enterramientos obligaba a algunas familias a recurrir a otras parroquias para dar descanso a sus seres queridos. Ahora, tras años de gestiones y obstáculos, la ampliación del cementerio está a punto de hacerse realidad.
El proyecto, impulsado por la Comunidad de Montes de Rubiáns, ha requerido una larga negociación. En un inicio, se propuso la creación de un cementerio civil, pero diversos problemas administrativos con Augas de Galicia y Sanidade lo impidieron. Finalmente, se llegó a un acuerdo con la Iglesia para la cesión de una parcela durante quince años por 70.000 euros.
La ampliación se llevará a cabo sobre un terreno de 1.780 metros cuadrados, lo que duplicará la superficie actual del cementerio. En total, se prevé la construcción de 132 panteones y 528 nichos, aunque la ejecución se realizará por fases. La primera incluirá 40 nichos, ya adjudicados a una lista de peticionarios.
Para que este proyecto arranque definitivamente, solo queda un paso: concretar la ayuda de 60.000 euros del Concello de Vilagarcía, que permitirá ejecutar la fase de urbanización. El alcalde, Alberto Varela, ha asegurado que los servicios técnicos y jurídicos están ultimando los trámites para formalizar la subvención. La Comunidad de Montes confía en que el proceso se resuelva en marzo, permitiendo así el inicio inmediato de las obras.
Esta primera fase, con un presupuesto de 180.000 euros, no solo habilitará el terreno para la ampliación, sino que también dotará al cementerio de servicios higiénicos y un almacén para el mantenimiento de las instalaciones, cumpliendo con la normativa vigente. Una vez concluida la urbanización, los propietarios podrán comenzar con la construcción de los columbarios y nichos.
El camino hasta aquí no ha sido fácil, pero la perseverancia de los vecinos y la Comunidad de Montes ha dado frutos. Si todo avanza según lo previsto, pronto las familias de Rubiáns podrán despedir a sus seres queridos en su propia parroquia, sin necesidad de buscar alternativas fuera. Un proyecto esperado durante años que, al fin, comienza a materializarse.