Debate en Foz por grafitis en el cementerio: ¿acto vandálico o expresión artística?

Debate en Foz por grafitis en el cementerio: ¿acto vandálico o expresión artística?

El silencio del cementerio de Foz se vio interrumpido por un inesperado debate. Unos grafitis aparecieron en los muros del camposanto y despertaron la indignación de algunos vecinos, que consideran que este tipo de expresiones no tienen cabida en un lugar de reposo y respeto. “¿Es que ya no se respeta ni el cementerio?”, se preguntaban algunos al ver las pintadas.

El párroco de la parroquia no tardó en tomar medidas y anunció que los muros serán repintados para eliminar cualquier rastro de las inscripciones. Para muchos, la decisión es necesaria, ya que creen que el cementerio debe mantenerse como un espacio solemne y libre de intervenciones externas. Sin embargo, más allá de la reacción inicial, el suceso también ha abierto una reflexión: ¿dónde está el límite entre vandalismo y arte urbano?

El grafiti, en su mejor expresión, ha demostrado ser una forma legítima de arte. Basta con observar los murales del puerto de Burela, donde artistas de renombre internacional han dejado su huella. Allí, la creatividad ha convertido simples paredes en auténticas obras de arte. Lo mismo ocurre con el icónico Banksy, cuyas intervenciones han conseguido transformar muros en lienzos con mensajes poderosos.

Entonces, ¿por qué no imaginar un cementerio con murales artísticos en sus muros exteriores? No simples pintadas sin sentido, sino una propuesta bien elaborada, con un significado que dialogue con la memoria y la vida. Es una idea que generaría opiniones encontradas, sin duda. Para algunos, sería una forma de embellecer y dar un nuevo significado a los espacios. Para otros, una falta de respeto a la solemnidad del lugar.

Pero el caso del cementerio de Foz no responde a esa categoría. Las pintadas que han aparecido no tienen nada que ver con murales artísticos ni con una expresión creativa planificada. Son simplemente garabatos que rompen la estética y el orden del recinto, razón por la cual las autoridades eclesiásticas han decidido eliminarlas de inmediato.

Más allá de la limpieza del muro, lo sucedido deja abierta una pregunta interesante: ¿hasta qué punto el arte urbano puede integrarse en espacios tradicionalmente intocables? Por ahora, en Foz la respuesta es clara: el cementerio vuelve a recuperar su imagen original.