Descubren tumbas galas con cadáveres sentados en un convento de Dijon

Descubren tumbas galas con cadáveres sentados en un convento de Dijon

En el tranquilo jardín de un antiguo convento en Dijon, Francia, el pasado parecía haber quedado enterrado para siempre. Sin embargo, un equipo de arqueólogos ha traído a la luz un descubrimiento sorprendente: un grupo de tumbas de la época gala con cadáveres en una posición inusual, acompañadas de una necrópolis infantil de más de 2.000 años de antigüedad.

El hallazgo ha despertado el asombro de los investigadores del Instituto Nacional Francés de Investigación Arqueológica Preventiva (INRAP), no solo por la antigüedad del sitio, sino por la extraña manera en la que algunos de los cuerpos fueron enterrados.

Los muertos que miran al oeste

Treinta y seis tumbas han sido identificadas en el lugar, pero trece de ellas destacan por una particularidad desconcertante: sus ocupantes fueron enterrados sentados y erguidos, con el rostro orientado hacia el oeste. Una disposición poco común para la época, datada entre el 450 y el 24 a.C., y que plantea interrogantes sobre la identidad de estos individuos y el significado de su sepultura.

Entre ellos, uno de los esqueletos conserva aún un brazalete negro, una pieza que podría dar pistas sobre su estatus social o función dentro de la comunidad gala. Solo una docena de sitios similares han sido documentados en el mundo, con otros tres descubiertos en Suiza.

Los arqueólogos creen que estas tumbas podrían haber pertenecido a figuras de alto rango, quizás líderes políticos o religiosos. Su forma de entierro sugiere un ritual funerario especial, diferente a las costumbres más comunes de la época.

Los niños olvidados de la necrópolis

Junto a estas enigmáticas tumbas se encuentra otro espacio aún más sobrecogedor: una necrópolis infantil del siglo I d.C., donde se han identificado los restos de al menos 22 niños. Es posible que originalmente hubiese más, pero el paso del tiempo y la actividad agrícola moderna han destruido parte del sitio.

Los pequeños, que en su mayoría no alcanzaron el primer año de vida, fueron enterrados siguiendo patrones más convencionales, acostados boca arriba o de costado. Algunos de ellos descansaban en ataúdes de madera, como sugieren los fragmentos de clavos hallados en el lugar, mientras que otros fueron acompañados con ofrendas de cerámica y monedas.

De cementerio a tierras de cultivo y matadero

La historia de este sitio no terminó con estos enterramientos. Con el paso del tiempo, el lugar se transformó: los arqueólogos han identificado antiguos pozos de plantado del período galo-romano, lo que indica que la zona fue utilizada para la agricultura en siglos posteriores.

Incluso en el siglo XVI o XVII, este espacio tuvo un nuevo propósito. Se hallaron cráneos de bovinos, lo que sugiere que el lugar sirvió como matadero en esa época.

El incansable trabajo del INRAP

Este hallazgo en Dijon es solo uno de los muchos en los que el INRAP ha estado trabajando. El instituto ha sido clave en descubrimientos recientes, como la excavación de un anillo de oro en Bretaña y la identificación de dos sarcófagos de plomo bajo la catedral de Notre Dame, tras el incendio de 2019.

Uno de esos sarcófagos contenía los restos de Joachim du Bellay, un poeta y jinete fallecido en 1560. El otro pertenecía a Antoine de la Porte, una autoridad eclesiástica que murió en 1710.

Cada excavación es una nueva pieza en el rompecabezas de la historia. Y aunque muchos secretos han sido desenterrados, el pasado sigue guardando misterios que esperan ser revelados.