En un rincón sereno de Solsona, el cementerio municipal se prepara para recibir 40 nuevos columbarios, completando así una ampliación que busca adaptarse a las necesidades cambiantes de la comunidad. Estas estructuras, diseñadas para albergar urnas funerarias, se suman a los 40 ya existentes desde 2014. Una obra modesta pero esencial, que responde a una demanda creciente: la incineración.
El concejal de Servicios Municipales, Joan Parcerisa, lo expresa con claridad: “Esta ampliación era una necesidad evidente, ya que cada vez es más habitual optar por la cremación”. De hecho, en 2024, el 35% de los 68 fallecidos de Solsona optaron por este servicio, un porcentaje que refleja el cambio de hábitos en las prácticas funerarias.
La obra, ejecutada por la empresa Precocat2011, ha supuesto una inversión de 23.716 euros y llega justo a tiempo, pues el último columbario disponible fue asignado recientemente. Esta ampliación no solo es una respuesta a la demanda actual, sino también una medida para garantizar que el cementerio siga siendo un espacio funcional y preparado para el futuro.
Pero no todo se centra en construir nuevas estructuras. El Ayuntamiento también ha lanzado una campaña para recuperar nichos sin uso, buscando maximizar los recursos antes de recurrir a la construcción de nuevos bloques. Desde octubre, esta iniciativa ha logrado liberar o tramitar la recuperación de una veintena de nichos.
El proceso de rescate es simple: los titulares que devuelvan los derechos funerarios reciben una compensación económica, que varía según la ubicación del nicho. Por ejemplo, un nicho de segunda, tercera o cuarta fila se paga a 423,50 euros, mientras que los de primera o quinta fila tienen compensaciones menores, adaptadas al valor relativo de las alturas.
Con estas acciones, Solsona no solo amplía su cementerio, sino que también optimiza su gestión, combinando modernización y sostenibilidad. Así, el consistorio asegura que este lugar de memoria siga siendo un espacio digno y adaptado a las realidades de su comunidad.
