En el barrio de San Jerónimo, en Sevilla, un pequeño cementerio escondido está recuperando su dignidad gracias al esfuerzo de un grupo de voluntarios. Conocido como el cementerio de San Jorge o de Los Ingleses, este camposanto alberga 175 tumbas de británicos y descendientes españoles relacionados con la comunidad inglesa que habitó la ciudad desde mediados del siglo XIX. Abandonado durante décadas, su historia y riqueza cultural estuvieron a punto de desaparecer bajo la maleza.
Francisco Ortiz, un documentalista sevillano, lidera el equipo de voluntarios llamado Los Ángeles de la Ciudad. Desde hace dos años, estas personas dedican sus domingos a limpiar, restaurar y proteger el lugar. «Cuando llegamos, era un espacio completamente olvidado, con lápidas cubiertas por arbustos y muros en ruinas», explica Ortiz. Su trabajo ha devuelto la vida a este cementerio, que una vez fue lugar de descanso de empresarios, marineros y benefactores de la ciudad.
Restaurando el pasado, protegiendo el futuro
El grupo ha logrado importantes avances. Han limpiado lápidas, restaurado cruces y reforzado los muros para evitar el vandalismo y las incursiones no deseadas. Uno de sus mayores logros ha sido la recuperación de una cruz celta que decora la tumba de Esther Dugan, un emblema del lugar que ahora luce como nueva. «Somos voluntarios apasionados por el patrimonio, pero no somos restauradores profesionales, así que trabajamos con cuidado para no dañar nada», detalla Ortiz.
Sin embargo, no todo ha sido trabajo visible. Los voluntarios también han creado un archivo con los nombres de las personas enterradas, muchas de las cuales descansan en montículos sin identificación. «A través de prensa histórica y registros navieros, estamos reconstruyendo quiénes fueron estas personas y su conexión con Sevilla», explica Ortiz.
Un testimonio de la historia económica de Sevilla
El cementerio refleja un capítulo olvidado de la historia de Sevilla. Durante el siglo XIX, la comunidad británica desempeñó un papel crucial en el desarrollo económico de la ciudad. Empresarios como Nathan Wetherell, benefactor local, y Hassel Dent, director de la fábrica de gas, descansan aquí junto a trabajadores de compañías de aguas, cerámica y tranvías. Incluso los marineros de barcos británicos que perecieron en el Guadalquivir tienen su lugar en este rincón.
«En este cementerio se encuentra la memoria de una Sevilla que creció gracias a la influencia británica, pero que con el tiempo perdió sus vínculos con esta comunidad», señala Ortiz. A pesar de su importancia histórica, el cementerio de San Jorge no ha recibido apoyo oficial para su restauración. Los voluntarios sueñan con que algún día sea reconocido como Bien de Interés Cultural.
Un esfuerzo colectivo por preservar la memoria
Gracias al trabajo altruista de Los Ángeles de la Ciudad, el cementerio de Los Ingleses ha vuelto a ser un espacio cuidado y respetado. Aunque su existencia sigue siendo desconocida para muchos sevillanos, el grupo espera que su labor sirva para rescatar del olvido este pedazo de historia. «Aquí hay empresarios, trabajadores y marineros que formaron parte de Sevilla. No se trata solo de restaurar un cementerio, sino de preservar su legado», concluye Ortiz con orgullo.