La despedida de un ser querido es siempre un momento difícil, pero en Barbate, un reciente entierro se convirtió en una experiencia surrealista: los asistentes tuvieron que alumbrar la inhumación con las luces de sus teléfonos móviles. Este incidente, provocado por la falta de electricidad en el cementerio, ha encendido la indignación de los vecinos, quienes desde hace meses vienen denunciando problemas con la gestión del camposanto.
Una crisis que comenzó en verano
Todo empezó en agosto de 2023, cuando el Obispado de Cádiz asumió la gestión del cementerio. Desde entonces, los problemas se han acumulado: el tendido eléctrico está inoperativo y el camposanto lleva meses sin suministro eléctrico estable. Aunque se han instalado placas solares como medida provisional, el retraso en las reparaciones ha generado situaciones tan insólitas como la del entierro iluminado por móviles.
El aumento de precios, otro foco de conflicto
A la falta de luz se suma una queja que ha provocado gran malestar en Barbate: el aumento desproporcionado de los precios funerarios. Según los vecinos, el costo de un nicho ha pasado de 1.200 a 3.700 euros, a lo que hay que añadir otros gastos como lápidas y servicios adicionales. “Cobran por todo”, afirman indignados los ciudadanos, quienes también denuncian la falta de claridad en los horarios del cementerio, que ni siquiera están publicados.
Este descontento ha llevado a los barbateños a movilizarse en tres ocasiones, exigiendo soluciones a una situación que consideran insostenible.
El Ayuntamiento toma cartas en el asunto
Ante el creciente descontento de la población, el Ayuntamiento de Barbate ha anunciado su intención de remunicipalizar el cementerio y devolver su gestión al ámbito público. Según fuentes municipales, esta medida busca poner fin a los problemas de gestión y garantizar un servicio digno para los ciudadanos. Solo queda pendiente la aprobación del pleno municipal para que el cambio sea oficial.
Un reflejo de un problema mayor
El caso del cementerio de Barbate no solo evidencia los desafíos de una gestión deficiente, sino también el impacto emocional y económico que estas situaciones tienen en las familias. En palabras de un vecino: “No pedimos lujos, solo despedir a nuestros seres queridos con dignidad”.
Mientras se espera la aprobación del Ayuntamiento para remunicipalizar el servicio, los vecinos de Barbate confían en que esta medida traerá un cambio real a una situación que ya ha dejado demasiadas sombras en un lugar que debería ofrecer paz y descanso.