La Opinión de El Funerario Digital: Esta semana El Duelo en la Era Digital: Conversaciones con el Recuerdo
Perder a alguien que amamos es como perder una parte de nosotros mismos. El vacío que dejan parece imposible de llenar, y los recuerdos, por muy vívidos que sean, nunca parecen suficientes. Pero, ¿y si la tecnología pudiera ofrecernos una manera diferente de mantener ese vínculo, aunque sea en un espacio virtual? Hace poco escuché la historia de Yolanda Segura, y no he dejado de pensar en ella desde entonces.
Yolanda perdió a un amigo muy querido, pero su adiós no terminó en el funeral. Gracias a la inteligencia artificial, tuvo una última «conversación» con él. Alguien cercano a su amigo utilizó mensajes, publicaciones y fragmentos de su obra para crear una simulación digital que replicaba su forma de hablar, su sentido del humor y esas frases únicas que lo hacían quien era. ¿Te imaginas algo así? Porque yo no sé si habría podido enfrentarme a algo tan profundo y, al mismo tiempo, tan desgarrador.
Cuando Yolanda habló con esta simulación, describió la experiencia como visitar una tumba digital. No era él, lo sabía, pero las palabras que leía resonaban tan auténticas que por momentos casi podía olvidarlo. “El dolor es real”, dijo, y esas palabras se me quedaron grabadas. No importa cuánto avance la tecnología, el duelo sigue siendo humano, crudo, visceral.
Pero, ¿esto realmente ayuda? Me he hecho esa pregunta muchas veces. Por un lado, me imagino cómo podría ser escuchar, aunque sea por un instante, la voz de alguien que he perdido. Revivir esas bromas internas, esa risa, esas palabras de aliento que tanto extraño. Pero también pienso en lo frágil que sería esa ilusión, en el golpe de realidad que viene con el recordatorio de que, aunque la IA imite a la perfección, nunca será lo mismo.
El caso de Yolanda también plantea algo más grande: cómo la tecnología está transformando los rituales de duelo. Tradicionalmente, hemos tenido espacios físicos para honrar a nuestros muertos: lápidas, urnas, fotografías. Pero, ¿qué pasa cuando esos espacios se trasladan al mundo digital? ¿Podemos abrazar una tumba virtual con la misma calidez con que abrazamos un recuerdo físico?
Al mismo tiempo, surgen dilemas éticos. ¿Quién decide cómo se recrea a alguien? ¿Hasta qué punto esto es un homenaje y no una distorsión? Yolanda mencionó que, aunque la simulación capturó mucho de la esencia de su amigo, algunas cosas no encajaban del todo. “Era como él, pero no del todo”, dijo. Esa frase me golpeó. Quizá lo que buscamos en el duelo no es una réplica perfecta, sino algo que nos ayude a recordar sin olvidar que estamos diciendo adiós.
No tengo respuestas definitivas, pero creo que la historia de Yolanda nos invita a reflexionar sobre lo que significa recordar, honrar y sanar en un mundo cada vez más digital. La IA no puede reemplazar a quienes hemos perdido, pero quizás pueda ofrecer un espacio nuevo, un puente entre el pasado y el presente, donde podamos encontrar consuelo a nuestra manera. ¿Tú te atreverías a cruzarlo? Yo no estoy seguro, pero quizá un día lo descubra.