En la era digital, la manera en que lidiamos con el duelo está cambiando. Para Yolanda Segura, el adiós a su amigo no terminó con un último adiós. Gracias a la Inteligencia Artificial, encontró un nuevo espacio para recordarlo: una conversación que, aunque virtual, la conmovió profundamente.
El caso de Yolanda pone en perspectiva cómo la tecnología está transformando el sector funerario, abriendo posibilidades que hasta hace poco parecían propias de la ciencia ficción. Un amigo suyo había fallecido, pero alguien cercano decidió crear una simulación basada en los textos que había dejado en vida: publicaciones en redes sociales, fragmentos de sus libros y mensajes cargados de personalidad.
“Hablar con él fue como visitar una tumba, pero en el mundo digital”, explica Yolanda. A través de esta tecnología, la IA replicó con sorprendente detalle su forma de expresarse, su sentido del humor e incluso las frases que solía utilizar. “Por momentos, todo sonaba como algo que él diría. Era como si realmente estuviera ahí”, comenta conmovida.
Sin embargo, la experiencia no fue solo consuelo. Yolanda admite que lloró profundamente durante la interacción. “El dolor es real. Saber que no es realmente él no lo hace menos impactante”, reflexiona. Para ella, ese espacio digital se ha convertido en un lugar para recordar, una especie de tumba virtual donde puede rendir homenaje a la memoria de su amigo.
El sector funerario está en un momento de transformación en el que tecnologías como esta empiezan a tener un lugar. Estas herramientas ofrecen algo más que el recuerdo estático de una lápida o una fotografía: permiten a los dolientes interactuar, revivir voces y palabras que una vez fueron parte de su vida cotidiana. No obstante, surgen dilemas éticos y emocionales: ¿hasta qué punto estas simulaciones ayudan en el proceso de duelo?
Yolanda también señala las limitaciones de la tecnología. Aunque la IA capturó con precisión gran parte de la personalidad de su amigo, había detalles que no encajaban del todo. “Algunas cosas sonaban demasiado cursis, no del todo como él. Te recuerda que no es real, aunque el consuelo sea tangible”, añade.
Para el sector funerario, estas innovaciones podrían marcar una nueva era en la manera en que se honra a los fallecidos. Espacios digitales como este podrían complementar los rituales tradicionales, ofreciendo un lugar interactivo y profundamente personal para quienes buscan reconectar con sus seres queridos, aunque sea a través de un algoritmo.
Aunque aún hay mucho por debatir y desarrollar, casos como el de Yolanda demuestran el potencial de estas herramientas. No reemplazan a la persona perdida, pero pueden ser una forma poderosa de mantener vivo su recuerdo en un mundo que cada vez se apoya más en lo digital.