La historia detrás del insólito robo de un ataúd en Avilés
En el tranquilo cementerio parroquial de San Cristóbal, en Avilés (Asturias), se vivió este sábado una escena difícil de imaginar. Un hombre, en un estado evidente de agitación, decidió irrumpir en el camposanto para desenterrar el cuerpo de su madre fallecida y llevárselo a casa. Lo que parecía el acto de un hombre desesperado pronto movilizó a los vecinos, la Policía Nacional y, finalmente, al juzgado de guardia.
Todo comenzó a primera hora de la tarde, cuando el hombre llegó al cementerio mostrando claros signos de alteración. Gritaba que su madre había sido enterrada sin su consentimiento y comenzó a remover las flores de la tumba. Sin detenerse, apartó la lápida, rompió el tabique de ladrillo protector y extrajo el ataúd, que luego cargó en su coche tras reclinar los asientos para hacer espacio. Testigos en el lugar intentaron intervenir, pero su estado emocional lo hacía imposible; incluso llegó a pedirles ayuda para completar su cometido.
El destino del ataúd fue su domicilio, un hecho que alertó a varios vecinos que informaron de inmediato al párroco. El religioso, sorprendido por lo ocurrido, notificó el incidente a la Policía Nacional, que no tardó en localizar al hombre. En su casa, los agentes encontraron el féretro junto con el cuerpo de la fallecida. Sin que se hayan divulgado más detalles sobre la escena, el hombre fue detenido y trasladado a dependencias policiales.
El ataúd fue devuelto al cementerio al final de la jornada, donde el encargado de los enterramientos volvió a colocar el cuerpo en su tumba y tapiar la estructura. Sin embargo, no todo terminó allí. Horas después, una orden judicial solicitó la exhumación del cadáver para su traslado al tanatorio de La Carriona, donde la Policía Científica realizó las labores de identificación y fotografía del cuerpo.
Aunque el hombre quedó en libertad tras pasar por los juzgados, este suceso ha dejado perpleja a la comunidad local, que todavía intenta comprender las motivaciones detrás de este acto tan extraordinario. Mientras tanto, el cuerpo de la mujer permanece en el tanatorio, a la espera de que el proceso judicial y las investigaciones concluyan.
Lo que comenzó como un acto de desesperación personal ha terminado siendo un caso que ha movilizado tanto a la comunidad como a las autoridades, dejando una profunda huella en la tranquila localidad asturiana.
