El sacerdote José Antonio Jiménez, se desplazó en la tarde del pasado lunes 20 de abril al cementerio de Azucaica en la ciudad de Toledo y descubrió el robo de 22 crucifijos.
El hecho fue descubierto cuando el sacerdote se desplazó al camposanto para enterrar a una vecina en compañía de tres de sus familiares, al llegar, observó junto con los operarios de la funeraria que faltaban varias cruces.
El robo fue comunicado después tanto a la Policía Local como a la alcaldesa, el obispo y el presidente de la asociación de vecinos del barrio. Tras examinar los desperfectos, se hizo el recuento de 22 crucifijos sustraídos, según consta en la denuncia presentada a continuación por el propio sacerdote en la comisaría de Buenavista, en nombre de la parroquia y para todas las familias afectadas.
Acto seguido de presentarse la denuncia, se desplazaron hasta el cementerio varios efectivos de la Policía Científica para buscar detalles o huellas. Según lo observado, al parecer los autores del robo accedieron al cementerio saltando por la tapia de la parte de atrás de la puerta principal, que da a la carretera. La lista de las sepulturas afectadas se colocó en la puerta de acceso al camposanto, según ha comunicado a través de un mensaje el propio sacerdote.